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En la misma entrevista con la agencia EFE en la que José Luis Machinea defendió el ALCA, advirtió que las frustraciones económicas “son caldo de cultivo para gobiernos populistas”, algo que estaría probado por los recurrentes casos de “democracia directa en la región”, expresados, según sus dichos, en manifestaciones que derrocan a gobiernos. El flamante titular de la Cepal (Comisión Económica Para América latina) no hizo ninguna alusión directa al derrumbe de Fernando de la Rúa, expulsado del gobierno unos meses después de que el economista radical renunciara a la conducción del Palacio de Hacienda, pero sus dichos refieren en forma directa a ese dramático episodio. En su carácter de funcionario regional, Machinea opinó que una versión light del ALCA es preferible a que no haya ningún acuerdo regional, en parte debido a que el “multilateralismo es muy injusto” (en alusión a la OMC) y a que los acuerdos bilaterales no promoverían el desarrollo con el mismo vigor que sí lo haría la iniciativa de los Bush.