ECONOMíA
Cortocircuitos en el matrimonio Duhalde-Remes
Por Fernando Cibeira
Eduardo Duhalde y Jorge Remes Lenicov estuvieron reunidos anoche en la Casa Rosada para resolver las diferencias que mantuvieron sobre el decreto que frenaría el drenaje de dinero del corralito que el ministro de Economía anunció el lunes y el Presidente descartó el martes. Por más que Duhalde le ratificara su confianza, eso no evitaría que Remes inicie hoy una crucial visita a Washington en una situación complicada luego del desaire presidencial. En público, Duhalde saldó la nueva desinteligencia diciendo que el ministro “se apresuró” al anunciar el decreto que luego él rechazó debido a sus “vicios de inconstitucionalidad”. “No estaba molesto ni pensó en renunciar”, dijo sobre Remes Lenicov. Duhalde lo disimuló en público pero quedó molesto por el paso en falso del equipo económico justo en el tema que más altera los nervios de la clase media.
El encuentro entre Duhalde y Remes fue el gran rumor de ayer en la Rosada. Que se haría a las cuatro, a las cinco, a las seis. La reunión fue varias veces anunciada pero, según algunas versiones, recién se concretó a la noche. El misterio tenía que ver con la tensión creada alrededor del decreto del corralito, la última de las diferencias que mostró el Presidente con el jefe de Hacienda, una saga que ya fue alimentada con opiniones divergentes sobre el precio del dólar, el aumento de los combustibles o las retenciones a las exportaciones.
“El decreto tiene la misma validez que una ley que se prepara en el Congreso, la cual se analiza hasta último momento, y si aparece una luz amarilla u opinión en contrario, la ley se modifica antes de salir”, intentó explicar ayer Duhalde la nueva gaffe. El Presidente decidió dar marcha atrás con la medida cuando se enteró de que no había certezas de que superara el análisis de la Corte Suprema. Si ya de por sí un decreto que frenara la salida de dinero retenido en el corralito sonaba poco simpático, que encima fuera invalidado por la Justicia terminaría por redondear un grave revés político.
Con todo, un vocero de Gobierno aseguraba anoche que el nuevo entredicho no bastaría para romper la relación de años de Duhalde con Remes. “Son un equipo como en su momento lo fueron Menem y Cavallo. Duhalde no se va a desprender de Remes así nomás”, analizaba. Eso no es lo que le gustaría escuchar a la llamada “ala política” del duhaldismo que, cada vez con menos cuidado, viene proponiendo un cambio de rumbo en la dirección de la economía, que consideran muy apegada a las órdenes del FMI. Algunos legisladores duhaldistas como José María Díaz Bancalari ya hablan de la existencia de “dos proyectos antagónicos” alrededor del Presidente y que, en algún momento, habrá que decidirse por uno.
Duhalde defendió el sentido del abortado decreto de Remes al mencionar “los fallos judiciales que ponen en riesgo la mayoría de las acreencias de la gente, ya que hay un 15 por ciento de personas que iniciaron juicio y están ocasionando un riesgo grande al sistema”. En Hacienda aseguraban que durante la preparación del decreto habían mantenido contactos informales con la Corte para asegurarse que la norma no fuera declarada inconstitucional. Pero esa información no coincidió con la que le dieron sus asesores a Duhalde. Uno de ellos fue el secretario de Legal y Técnica, Antonio Arcuri, que le aconsejó parar la medida.
En la Rosada aseguraban que el principal problema de Remes es que le falta al lado un operador político que le ayude a anticipar y solucionar este tipo de conflictos. “Aunque hace muchos años que está con Duhalde y fue candidato y legislador, en el fondo sigue siendo un técnico”, respondía ayer un funcionario. También sostenía que un ministro de Economía no tenía por qué conocerse todos los vericuetos legales, por más que se hubiera apresurado al salir a hacer el anuncio, más que nada por complacer a la misión del FMI que ya preparaba las valijas.
“Si me dice que se apresuró el ministro de Economía, creo que sí, porque hasta tanto no pase la norma por todos los organismos del Estado que tienen que aconsejar no puede ser firmada”, sostuvo Duhalde a RadioContinental. Después volvió a uno de sus tópicos favoritos: la difícil situación en que recibió al país. “Tenemos que estar gobernando en el medio de una tempestad: olas de diez metros, vientos cruzados. Entonces hay que tomar decisiones rápidas y uno se apura por la urgencia”.