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El aumento por 180 días del 5 al 15 por ciento en las retenciones a las exportaciones lácteas desató también el enojo de los tamberos, quienes aceptaron por válidas las amenazas de las usinas de que frente a la imposibilidad de aumentar precios bajarían los valores que pagan por la materia prima. Alejandro Giudice, productor lechero que expone en Palermo 2005 y propietario de una de las cabañas emblemáticas de la raza Holando Argentino, definió la situación como “un papelón y una vergüenza”. “El Gobierno debería aplicar medidas para que se produzca y se exporte más, no atacar la producción. Con políticas como éstas, lo único que se hace es premiar la ineficiencia”, agregó. “Es más de lo mismo”, se lamentó Horacio Barberis, productor lechero de Santa Fe. “Los políticos deberían buscar otras alternativas para bajar los precios de la leche, que no sean limitar la producción y la exportación, que es un motor de la economía”. De acuerdo con el grueso de la dirigencia agropecuaria, el aumento de las retenciones sólo conseguirá “desalentar la exportación y las inversiones en el sector productivo lácteo”.