ECONOMíA
Un keynesiano ortodoxo
–¿Cómo se definiría? Un economista liberal, heterodoxo...
–Liberal seguro que no soy. Pero los conceptos de heterodoxia y ortodoxia han sido travestidos en la Argentina. Durante largo tiempo, muchos de los que estudiaron en el extranjero prescribieron para la Argentina recetas que ni siquiera sus profesores lo harían para sus propios países. Muchas de las fórmulas ortodoxas que se aplicaron en este país no se observan en ningún lado. Eso no es ortodoxia. Me defino como un economista con una formación ortodoxa, pero bien entendida. Y que tiene una vocación pública importante. La mayoría de las decisiones que uno debe tomar son políticas e ideológicas. Es mentira que hay políticas públicas mejores independientemente de la ideología. Mi ideología es clara, y busco las herramientas y la mejor solución técnica a partir de ella. Los que digan que es al revés se hacen los distraídos o engañan.
–Esquemáticamente, usted sería un keynesiano ortodoxo.
–Es una buena definición. Hay 10 o 12 páginas que Keynes escribió en el ’33, o un poco más adelante, que son muy aplicables al momento que la Argentina atraviesa hoy. Recomiendo leerlas.