La carne volvió a subir ayer 2,22 por ciento en Liniers, pese a las sucesivas medidas que ha venido tomando el Gobierno para forzar una baja. Roberto Arancedo, presidente del mercado, afirmó nuevamente que para que el precio de la hacienda “pueda normalizarse” es necesario flexibilizar la norma que prohíbe faenar animales de menos de 280 kilos. “En abril entrará una mayor afluencia al mercado si se baja el límite de faena. Hay terneros en la cuenca del Salado que se pueden subir al camión”, afirmó.

El Gobierno fijó el primer límite a la faena el 1º de noviembre del año pasado cuando prohibió el ingreso de animales de menos de 260 kilos. El 1º de marzo elevó el piso a 280 y el 1º de mayo lo fijará en 300 kilos para buscar una mayor producción de carne y lograr una baja sostenida en el precio.

Los empresarios sostienen que si se desactiva la restricción llegarían al mercado 180 mil cabezas más por mes, lo que provocaría una baja en la cotización. Este suele ser el argumento que cobra más fuerza entre los ganaderos cuando no llueve. Sin embargo, el mismo es relativizado por las estadísticas que computan los administradores del mercado. El 31 de octubre de 2005, un día antes de que comenzara a regir la primera prohibición el precio promedio en Liniers era de 2,49 pesos el kilo y cuando el piso se elevó a 280 kilos se mantenía igual. Desde entonces subió apenas 3,4 por ciento. Las principales alzas se produjeron cuando no había ninguna prohibición vigente. Entre diciembre de 2001 y el 30 de octubre de 2005, fecha previa a la primera prohibición, el índice novillo subió de 0,66 a 2,40 (278 por ciento), superando claramente la evolución del dólar y la inflación.

Ayer ingresaron al mercado 9219 cabezas bovinas. Los frigoríficos Ganadera Nueva Escocia, Penta y Arenales lideraron las compras al acumular un 17,18 por ciento en conjunto. Las tres firmas son controladas por Juan Carlos Delaney, Esteban Ruocco y Carmelo del Regno, tres socios que habitualmente son protagonistas de un mercado que está siendo investigado por la existencia de supuestas maniobras especulativas que distorsionan la libre competencia. Delaney es un ex empleado de la Junta Nacional de Carnes que se volvió un próspero empresario luego de la desregulación del sector.

Los principales consignatarios no fueron protagonistas de la jornada, pues 9 de las 11 firmas que habían sido suspendidas por deudas con el fisco recién terminaron de regularizar su situación ayer.En la víspera circuló una versión sobre un supuesto acuerdo con los empresarios del sector para bajar los precios de algunos cortes a cambio de una apertura regulada de las exportaciones. Sin embargo, fuentes de Economía desmintieron la versión ante Página/12: aseguran que no negociarán con los empresarios mientras no se evidencie una baja de precios en las carnicerías.