Los activistas prodemocracia en Belarús trataron de emular la revolución naranja de Ucrania y armaron carpas en el centro de Minsk en un intento de forzar una nueva elección, ya que ellos insisten en que fue arreglada. Alexsander Lukashenko, el autoritario líder del país desde 1994, se proclamó ganador de la última elección del domingo, con un ostensible 82,6 por ciento del voto sobre un nivel de asistencia del noventa por ciento. Su rival, el líder de la oposición Aleksander Milinkevic, presuntamente sólo ganó el seis por ciento.

Estados Unidos, la UE y los observadores occidentales de la elección dijeron al unísono que la elección no había sido ni libre ni justa, aunque Rusia, un aliado clave de Belarús, la declaró legítima. Los críticos dicen que la campaña fue unilateral, que la oposición se enfrentó a la intimidación sancionada por el Estado y virtualmente no tuvo cobertura en la TV estatal. Envalentonada por este apoyo, la oposición armó unas quince carpas el lunes a la noche en la Plaza Octubre en el centro de Minsk a pesar de las congeladas temperaturas y la nieve.

Milinkevic prometió hacer manifestaciones del estilo ucraniano las veinticuatro horas del día hasta que Lukashenko acepte una nueva elección. Pero la campaña hasta ahora fracasó en atraer la masa crítica necesaria. A la primera protesta pública el domingo asistieron unas 10.000 personas, a la segunda el lunes a la noche la mitad de ese número y ayer a la tarde el número de manifestantes permanentes en la “ciudad carpa” se había reducido a doscientos. Los policías antimotines observaban y obstruían los esfuerzos de los manifestantes tratando de evitar que les llegaran alimentos y provisiones, y arrestando a los figuras claves de la oposición, incluyendo al jefe de campaña de Milinkevic, por cargos menores.

La multitud se entretenía cantando consignas antigubernamentales y agitando la bandera nacional belorrusa, roja y blanco junto con las banderas ucranianas y georgianas en honor a las revoluciones violetas en esos dos países. Ayer cantaban: “Belarus para Milinkevic. Lukashenko a La Haya (el lugar del tribunal de crímenes de guerra)”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.