Un bonista que se considera perjudicado por el canje de deuda argentina se tiró ayer al suelo encapuchado, atado de pies y manos y ataviado con una camiseta de la selección de fútbol del país en el pequeño recinto donde se permiten las protestas en la Asamblea del FMI. Tenía un móvil, botellas de agua, publicaciones de banca y un informe del departamento de auditoría del Fondo Monetario Internacional sobre el papel del organismo en la crisis argentina.

También había decenas de periodistas, pues cualquier protesta, aunque pequeña, es noticia en la Asamblea Anual del Fondo y el Banco Mundial, que se celebra en Singapur, un lugar donde no se permiten las manifestaciones en la calle. El responsable de la exhibición es la organización alemana IGA. Esa entidad agrupa a tenedores de bonos que no quisieron participar del canje de deuda.

Por su parte, la Asociación Bancaria Italiana informó que la denominada Task Force Argentina recurrirá al tribunal del Ciadi para tratar de cobrar la totalidad de los bonos de ahorristas de ese país que no ingresaron al canje de deuda cerrado por el Gobierno el año pasado. “Se trata de una acción sin precedentes, que abarca a tantos pequeños inversiones y demuestra el gran compromiso organizativo que tiene como objetivo el reembolso integral del capital invertido y de los intereses madurados y no pagados”, indicó el titular de ese grupo, el lobbista de la banca, Nicola Stock. Este abogado pretende de ese modo volver sobre el terreno del canje luego del fracaso de su campaña contra el trueque de papeles de deuda, debido a que fue acusado de defender a los bancos más que a los bonistas.