Martes, 19 de septiembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › LOS PRESIDENTES KIRCHNER Y DUARTE FRUTOS LLEGARON A UN ACUERDO POR EL ROJO DE YACYRETA
Ayer en Nueva York se reunieron los presidentes de Argentina y Paraguay y acordaron que los 11 mil millones de dólares que adeudan los guaraníes por la represa de Yacyretá se pagarán con 325 mil gigavatios a lo largo de cuarenta años. La primera ronda entre ambos mandatarios por la negociación de la gigantesca deuda había fracasado a mediados de julio de este año.
Por Fernando Cibeira
Desde Nueva York
El Gobierno encontró ayer una novedosa manera de cobrar los 11 mil millones de dólares de deuda de Paraguay por la construcción de la represa binacional Yacyretá: canjeará el dinero por gigavatios de electricidad que el país recibirá de aquí a 40 años. De esta manera, explicó el ministro de Planificación, Julio De Vido, ya no se tratará de una “condonación” a Paraguay, como se había especulado dos meses atrás, sino de una “novación” de esa acreencia. El acuerdo fue cerrado ayer en el encuentro que mantuvieron el presidente Néstor Kirchner y su par paraguayo, Nicanor Duarte Frutos, en el hotel donde se aloja el argentino, sobre la Fifth Avenue. Según explicaban cerca del Presidente, el convenio arrojará varios beneficios: permitirá llevar adelante un plan para terminar la inacabable represa, volverá a posicionar a Paraguay como socio en el proyecto y le significará a la Argentina la entrada de una importante carga energética que ayudará a despejar el fantasma de una crisis en el futuro. El arreglo ahora deberá pasar el filtro de los parlamentos, pero en el Gobierno daban por descontada su aprobación.
Fue la primera actividad oficial del Presidente en Nueva York, adonde llegó para participar de la 61ª Asamblea General de las Naciones Unidas que se inaugura hoy: habrá un cóctel del secretario general Kofi Annan y una cena de gala con George Bush. Kirchner dará su discurso ante el plenario de presidentes mañana. Con todo, la actividad importante de hoy será la reunión bilateral con el primer ministro italiano, Romano Prodi, en la que el Presidente tiene buenas expectativas (ver recuadro).
El encuentro con Duarte Frutos en Nueva York se arregló casi sobre la fecha, a pedido del presidente paraguayo. A mediados de julio pasado, Kirchner viajó a Asunción y Duarte Frutos se apresuró al adelantar que allí cerrarían una quita del 50 por ciento de la deuda. También, y dicen que ése fue su error, agregó que el acuerdo podría servir como modelo para la deuda aún más abultada que mantiene con Brasil por la represa de Itaipú. Al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva la idea no le gustaba. Resultado: Kirchner se volvió de Paraguay sin firmar nada concreto y se dieron otros 90 días para encontrar una solución definitiva. “Más transparencia”, era el pedido argentino. Lógico, teniendo en cuenta que de por medio estaba el considerado por Carlos Menem –justo él– “un monumento a la corrupción”.
La reunión se hizo en un salón del piso 19 del hotel Four Seasons en el que se aloja la comitiva argentina. Luego de un encuentro de una hora, el presidente Néstor Kirchner; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el canciller Jorge Taiana, y De Vido bajaron al lobby, siempre sumido en esa especie de semipenumbra típica de los hoteles lujosos, pese a que afuera el día volvía a presentarse soleado y caluroso. El encargado de dar los detalles fue el ministro de Planificación, en su estilo de mezclar conceptos políticos con una rápida sucesión de datos técnicos, en este caso miles de gigavatios que iban y venían a ritmo electrizante.
“Acordamos ‘novar’ esa deuda”, explicó De Vido. El convenio consistirá en cambiar la deuda de 11 mil millones de dólares por un total de 320 mil gigavatios de electricidad que saldrán de la misma represa, a razón de 8 mil por año durante cuatro décadas. “De esa manera, se va a poder seguir adelante con el plan de terminación de Yacyretá”, agregó. Ese plan todavía prevé la realización de unas mil obras y acciones que, se espera, concluyan en 2008 y permitirán a la represa aumentar su potencial en un 30 por ciento. Aunque, tratándose de Yacyretá, todo está por verse. Un dato real es que desde 2004 el gobierno de Kirchner mostró su intención de acelerar la conclusión de la construcción en sucesivas reuniones con funcionarios paraguayos. Y ayer aseguraban haber dado un paso concreto en esa dirección. El flamante canciller de Paraguay, Rubén Ramírez Lescano, consideró “muy satisfactorio” el convenio y lo remitió a la tónica de “mayor transparencia” que buscaba darle el gobierno argentino a la negociación.
De Vido le encontró múltiples beneficios al acuerdo. Explicó que de esta manera se detendría la calesita de intereses –son del 6 por ciento anual–- que llevaron a más que duplicar la deuda de capital paraguaya y que eran la razón por la cual originariamente se había hablado de una quita. También dijo que al desendeudarse, el ente binacional podía volver a tomar créditos para concluir las obras.
Para quedar cerrado, el acuerdo deberá ser aprobado por los congresos. Del lado argentino, De Vido aseguró que en los días previos habían mantenido contactos con los legisladores y que se podía dar por descontada su sanción.
El anuncio, de más está decirlo, fue oportuno justo cuando la posibilidad de una crisis energética es meneada por sectores empresarios y la oposición. El presidente Kirchner había dicho que esa posibilidad no existía. Ayer temprano el ex ministro Roberto Lavagna acusó al Gobierno de actuar como el avestruz, escondiendo la cabeza. Habitual “respondedor oficial” para los viajes presidenciales, el diputado de los ex duhaldistas K, José María Díaz Bancalari, salió a decirle de todo. Por ejemplo, que amenazaba con un apagón cuando él estaba con “los reyes del apagón”, en obvia referencia al ex presidente Raúl Alfonsín.
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