La posibilidad de que se reconcilien las dos facciones palestinas, Hamas y Fatah, fue cuestionada sin contemplaciones por Israel y EE.UU. Según la radio israelí, en base a fuentes gubernamentales, Tel Aviv paralizará sus estancadas negociaciones con los palestinos si ambas facciones logran un acuerdo. Y el enviado de Washington a Medio Oriente, el vicepresidente Dick Cheney, culpó a Hamas de torpedear las negociaciones israelo-palestinas.

Fatah, partido del presidente Mahmud Abbas y el islamista Hamas suscribieron anteayer un pacto para reanudar el diálogo a comienzos de abril. No tardaron los asesores del mandatario palestino en salir a criticar esa alternativa. “Quien lo firmó lo hizo debido a una confusión”, afirmó el jefe de los negociadores, Ahmed Qurea.

Tras entrevistarse por segunda vez con el premier israelí, Ehud Olmert, Cheney cargó las tintas contra Hamas. “Claramente la situación es difícil, en parte porque creo que hay evidencias de que Hamas es respaldado por Irán y Siria, y que están haciendo todo lo posible para torpedear el proceso.” Fue la administración de George Bush la que animó a Hamas a participar en las elecciones de enero de 2006. La Casa Blanca forzó incluso a Ariel Sharon, reacio como pocos, a permitir la competencia en las urnas de los islamistas. Venció Hamas nítidamente. Pero ese triunfo no entraba en el guión de Washington y comenzó entonces un brutal bloqueo económico a Gaza que todavía perdura.