Con los puños en alto y gritando hasta quedarse disfónicos, más de veinte mil bolivianos cercaron ayer la Embajada de Estados Unidos en La Paz e intentaron tomar el edificio por la fuerza. La consigna era una sola: “Justicia, justicia, justicia”. Los movimientos aymaras de El Alto se movilizaron desde temprano a la capital para repudiar el asilo político que el gobierno de Estados Unidos le concedió a Carlos Sánchez Berzaín, la mano derecha del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y uno de los principales responsables, según la Justicia boliviana, de la masacre de 60 personas en el llamado Octubre Negro.

A pesar de las reiteradas críticas de los movimientos sociales contra las políticas estadounidenses en el país, ayer fue la primera vez que la embajada norteamericana fue objetivo de una manifestación masiva. Antes que los manifestantes llegaran a la sede diplomática, un cordón policial de 200 efectivos y dos camiones antimotines resguardaban el edificio.

“Queremos que la policía se retire, no nos responsabilizamos si hay enfrentamiento, porque podemos quemar la embajada”, advertía a la tarde Edgar Mora, dirigente de la radical organización Comité Cívico Popular, una organización cercana al MAS.

Los manifestantes estaban decididos a tomar la embajada y arriar la bandera estadounidense que flamea en el medio del patio. Querían cobrarse venganza por la decisión de Washington de otorgar asilo político al ex ministro de Defensa Sánchez Berzaín. Hace varios meses, el gobierno de Evo Morales y la Corte Suprema intentan conseguir la extradición de Berzaín y su antiguo jefe, Sánchez de Lozada. Los dos se refugiaron en Estados Unidos tras huir en medio de la noche y abandonar el gobierno. Detrás dejaban 60 muertos y una crisis política.

Los familiares de las víctimas de aquel fatídico octubre de 2003 pidieron ayer justicia. Al grito de “¡Bolivia libre sí, colonia yanqui no!”, miles de manifestantes se enfrentaron con la policía, que respondió con golpes y gases lacrimógenos. El saldo, al cierre de esta edición, eran tres heridos. A la noche, cuando la situación se había calmado, la embajada difundió un comunicado agradeciendo la protección de la policía y deseando que las relaciones entre los “dos pueblos” se mejore pronto.