La salud de la más célebre rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ingrid Betancourt, habría experimentado una mejoría, anunció su madre. “Supe que está mejor, que ya puede caminar, que recibe vitaminas y está recibiendo comida”, informó ayer Yolanda Pulecio, la madre de la ex candidata a la presidencia de Colombia. Sin embargo, la madre aclaró que su hija dista mucho de gozar de buena salud. “Lo que come no la alimenta, por la angustia que vive”, aclaró Pulecio.

La madre de la política franco-colombiana dijo que la información sobre su hija se la dio la senadora opositora Piedad Córdoba, quien la habría obtenido de sus fuentes en las FARC.

El estado de salud de Betancourt causó preocupación en la comunidad internacional desde que poco antes de fin del año pasado las FARC difundieron un video como prueba de supervivencia en el que se veía a la ex candidata muy delgada, debilitada y afectada física y psicológicamente.

En marzo, el defensor colombiano del Pueblo, Vólmar Pérez, denunció que el estado de salud de Betancourt era “muy delicado”, debido a lo cual había tenido que recibir atención en puestos médicos del departamento de Guaviare (sureste).

El video había sido decomisado por las autoridades colombianas a emisarios de la guerrilla que habían sido capturados, por lo cual se temió aún más por la suerte de la rehén.

Betancourt se convirtió en una causa mundial cuando el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció, apenas asumió en mayo del año pasado, que su liberación era una cuestión de Estado. El presidente venezolano, Hugo Chávez, se sumó a la cruzada, que incluye a los “países amigos” europeos, España y Suiza además de Francia, más Cuba, Ecuador, Brasil y Argentina en el continente americano.

Pero las negociaciones están estancadas desde que el ejército colombiano atacó el campamento del principal negociador de las FARC, Raúl Reyes, en Ecuador y mató al líder guerrillero, que en ese momento mantenía conversaciones con dos negociadores del gobierno francés.