Jueves, 12 de junio de 2008 | Hoy
EL MUNDO › CONTINúAN LAS REFORMAS EN EL GOBIERNO DE RAúL CASTRO
A partir de agosto los trabajadores estatales podrán cobrar según su rendimiento y sin límites. Con esta herramienta, el gobierno apuesta a obtener mejores resultados productivos y de servicios.
Cuba eliminó el techo salarial para mejorar la productividad y la distribución de los ingresos. El gobierno de Raúl Castro anunció que a partir de agosto entrará en vigencia una reforma que permitirá a los trabajadores estatales cobrar según su rendimiento y sin límites. “El trabajador ganará lo que sea capaz de producir”, señaló ayer el viceministro de Trabajo, Carlos Mateu, al diario oficial Granma. Este sistema de gestión fue establecido hace veinte años por las fuerzas armadas y desde hace nueve comenzó a ser extendido a otras compañías. Castro está decidido a encarar algunos de los principales problemas que afectan a la isla: los bajos salarios y la escasa productividad. Después de abrir un proceso de reformas a comienzos de este año, el gobierno de Cuba anunció ayer que pondrá en vigor una resolución aprobada en febrero para uniformar la política salarial en las empresas cubanas.
“Los trabajadores que están abarcados por sistemas de pago vinculados con los resultados directos de la producción de bienes y servicios no tienen límite en el salario”, señala la resolución 9/08 del Ministerio de Trabajo, citada por Granma. La nueva medida será aplicada en todas las empresas estatales del país (la gran mayoría) a partir de agosto.
Con un salario medio de 17 dólares (408 pesos) al mes, los cubanos se sienten insatisfechos en los últimos años por los bajos ingresos que perciben por su trabajo en relación con los precios de los alimentos –que crecen a nivel mundial–, la ropa, el calzado y otros artículos.
Sin embargo, el viceministro de Trabajo, Carlos Mateu, cree que la actual reforma del sistema de pagos mejorará la situación de los trabajadores. “Ha existido una tendencia a que todo el mundo reciba lo mismo, y ese igualitarismo no es conveniente. Eso es algo que tenemos que resolver pues a veces hay mucho paternalismo”, manifestó. “No es justo, pues si es dañino darle al trabajador menos de lo que le toca, es dañino también darle lo que no le toca”, dijo.
Con esta herramienta, el gobierno apuesta a obtener mejores resultados productivos y de servicios. Pero el problema que sufre Cuba es propio de las experiencias colectivistas del siglo XX, dijo a PáginaI12 el historiador de la UBA Juan Luis Hernández. “Cómo aumentar la productividad en países donde no existen grandes diferencias sociales y la totalidad de la población tiene acceso a un piso básico de servicios y canasta alimentaria”, se preguntó.
En Cuba, los despidos están prohibidos por ley, la vivienda y los servicios esenciales son prácticamente gratis, igual que el acceso a la educación y la salud, hay pleno empleo y el Estado garantiza a todos los trabajadores el 40 por ciento de sus alimentos mensuales, señaló Hernández. “Entonces, ¿para qué trabajar más?”, añadió.
Algunos analistas creen que las salidas son limitadas pero diversas: desde el estímulo moral alentado por el Che en décadas anteriores, pasando por el incentivo material hasta mayores libertades democráticas. No obstante, Castro ya anticipó en su investidura presidencial, el 24 de febrero pasado, algunas de las palancas que habrá de accionar para reactivar la economía, castigada durante la crisis de los años ’90. Una de ellas es la nueva política salarial. Otras son el reparto masivo de tierras, mejores precios a productores, créditos y descentralización de decisiones en la agricultura, medidas que por cierto ya están vigentes.
Informe: Juan Manuel Barca.
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