El presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, que hace cinco años asumió con una amplia popularidad, renunció ayer al cargo con un mínimo respaldo y el dudoso honor de haber llevado a la derrota al Partido Colorado tras haber estado éste 61 años en el poder. Duarte presentó la carta de renuncia para asumir como senador, lo que abre una serie de negociaciones en el Congreso, donde gran parte de la oposición pretende que el Congreso bicameral no acepte su salida para que termine su mandato y traspase el poder al ex obispo Fernando Lugo, el 15 de agosto próximo.

Nacido el 11 de octubre de 1956 en Coronel Oviedo, Nicanor Duarte Frutos estudió derecho y filosofía y ejerció como abogado, profesor y periodista antes de entrar de lleno en la política con el Partido Colorado. Asumió como presidente el 15 de agosto del 2003, en un país al borde de la bancarrota, lleno de corrupción e inseguridad. En los primeros años de su gobierno, Duarte se caracterizó por su carácter conciliador , evitó el cese de pagos de las finanzas públicas, aumentó los ingresos fiscales, bajó la inflación y acrecentó las reservas internacionales además de firmar un acuerdo de contingencia con el FMI.

A mitad del mandato se produjo un cambio radical cuando el jefe de Estado comenzó a promover una reforma constitucional para reintroducir la reelección presidencial, lo que hizo que la oposición parlamentaria se uniera con los disidentes del Partido Colorado. La supuesta intención de Duarte de perpetuarse en el poder provocó duras críticas que se sumaron a la inquietud que causó la candidatura del gobernante, a finales del 2005, a la presidencia del Partido Colorado, con el aval del Tribunal Supremo.

En diciembre de ese año, el Congreso rechazó un juicio político al presidente por presunta violación de la Constitución, que veta al jefe del Estado el ejercicio de cualquier otro puesto, pero surgió un amplio movimiento social y político en su contra, liderado por Fernando Lugo, el entonces obispo emérito del departamento de San Pedro. A pesar de una manifestación multitudinaria presidida por Lugo para pedir la destitución de Duarte, éste finalmente logró la presidencia de su partido en febrero de 2006 y asumió por unos minutos la presidencia de la formación que después cedió a José Alderete.

Mientras la oposición y los movimientos sociales se unían en torno de Fernando Lugo y descartada la reelección de Frutos por falta de apoyo, se abría un nuevo cisma entre los colorados. Este es debido a la imposición por parte de Duarte de su ministra de Educación, Blanca Ovelar, que en diciembre de 2007 derrota en las primarias, por escaso margen de votos, al ex vicepresidente Luis Castiglioni.