Martes, 24 de junio de 2008 | Hoy
EL PAíS › DESPUéS DE MáS DE CIEN DíAS DE CONFLICTO, LA PRESIDENTA SE REUNIó CON LOS DIRIGENTES RURALISTAS
En el reencuentro, los dirigentes agropecuarios pidieron la derogación de las retenciones móviles. Cristina Kirchner les respondió que el tema ahora estaba en el Congreso. A la salida, todos calificaron el encuentro como “positivo”.
Por Daniel Miguez
Finalmente, la tan proclamada reanudación del diálogo entre el Gobierno y las cámaras agropecuarias se produjo anoche y si bien no deparó sorpresas –porque como se preveía los ruralistas pidieron la suspensión de las retenciones móviles y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner les respondió que el tema está en manos del Congreso–, tuvo como valor esencial volver a sentarse para hablar algo del pasado y bastante del futuro. Como ocurrió en encuentros anteriores, parecía tan importante lo que se dijera puertas adentro como lo que se declarara a la prensa después y los mensajes fueron razonablemente conciliatorios. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, dijo que la reunión fue “positiva”, el mismo adjetivo que utilizó Fernando Gioino, de Coninagro. En tanto, para Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, lo importante fue “que se ha reiniciado una instancia de diálogo”.
En la reunión, que duró una hora y media, la Presidenta estuvo acompañada por Alberto Fernández y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. El ministro de Economía, Carlos Fernández, no estuvo porque viajó a México para una cumbre regional. Por las entidades rurales, además de Gioino y Buzzi, estuvieron Mario Llambías, de la CRA, y Hugo Biolcati por la Sociedad Rural, en reemplazo de Luciano Miguens, de viaje en Estados Unidos.
El encuentro, según describieron los participantes, tuvo algunos momentos de dureza, pero en general el clima fue amable. Y comenzó con un reproche de la Presidenta pidiéndoles que esperaba que “no se vuelvan a repetir los días aciagos” que vivió el país en los últimos tres meses por los cortes de rutas y sus vastas consecuencias, principalmente el desabastecimiento y el encarecimiento de muchos alimentos.
A continuación dijo que le dolió leer un informe de la Aduana que revelaba que “las exportaciones de granos siguieron mientras la Argentina estaba parada” y les mostró los números que luego el jefe de Gabinete repitió y exhibió en un power point en la sala de conferencias. Llambías atinó a responder que “había bastantes granos en los puertos antes del conflicto, y eso fue lo que se exportó”.
“Yo quiero que recuperemos el diálogo dentro de las reglas de la democracia y el respeto a las instituciones”, le dijo CFK sentada a la cabeza de la mesa de su despacho. Después les recordó las medidas que tomó el Gobierno mientras se mantenía el conflicto en materia de trigo, carne y arroz. También les dijo que tiene “en mente políticas activas para el sector, pero la informalidad fiscal de muchos productores impide que estas ideas se puedan llevar a la práctica”. Los ruralistas admitieron que hay muchos productores que trabajan en negro, pero que son menos que los que contabiliza el Gobierno.
Más adelante les señaló que “si no están de acuerdo con el modelo de este gobierno pueden presentar una fórmula en las próximas elecciones”. Obviamente, le contestaron que esa no era su intención y Buzzi le señaló que mucho afiliados a la Federación Agraria la habían votado en las últimas elecciones y que ahora estaban disconformes con su Gobierno.
Sin mencionarlo ni mirarlo específicamente se refirió a una actitud de Biolcati que la fastidió mucho: el hecho de que vice de la Sociedad Rural haya encabezado un escrache a la quinta de Olivos. “Yo siempre les hablé con franqueza, pero no he ido a la casa de nadie.”
Hubo un breve silencio que rompió Llambías para decir que lamentaba que a lo largo del conflicto “a muchos se les haya ido la lengua, pero esperamos transitar esta nueva etapa sin rencores”, e inmediatamente elogió algunas medidas del Gobierno como “la liberación de la exportación de trigo y las medidas de corresponsabilidad gremial”. Y ahí fue al punto de la cuestión: “Le queremos pedir que suspenda las retenciones móviles hasta que el Congreso las trate”. La Presidenta le contestó que “ahora el tema está en el Congreso y es el Congreso el que debe resolver”.
Buzzi pidió la palabra para aclarar lo que quiso decir cuando dijo que “los Kirchner son un obstáculo para el crecimiento”, al hablar en el acto del 25 de mayo en Rosario. “Yo quise decir que el obstáculo son las políticas del Gobierno, no las personas”. Y que fue “un error” haber dicho que “el objetivo es ganar o ganar”. Luego de estas disculpas le pidió a la Presidenta “más ferocidad en materia impositiva a la renta financiera, a la actividad minera y al petróleo”. La Presidenta sólo contestó que el petróleo paga el 70 por ciento de retenciones. El último pedido de Buzzi fue por una nueva Ley de Arrendamientos. “No tengo problemas si las cuatro entidades están de acuerdo”, dijo CFK haciendo un paneo por los rostros de los ruralistas hasta que se topó con Llambías que hacía que “no” con la cabeza.
Finalmente, Gioino hizo hincapié en la necesidad de solucionar los principales problemas de los pequeños productores y Biolcati insistió con el tema de las retenciones móviles. “Es la primera vez que me reúno con usted y realmente me sentí muy cómodo. De todos modos, quiero pedirle que reconsidere volver atrás con las retenciones móviles”, le dijo. “Le repito: el tema está en el Congreso y hay que discutirlo allí. Si yo considerara que fueron un error ya las hubiera corregido”, respondió.
Antes de despedirlos, CFK volvió a afirmar que “la Argentina está ante una oportunidad histórica por la demanda mundial de alimentos, los invito a que sigamos charlando para llegar a acuerdos con miras al Bicentenario” y les informó que en las próximas reuniones su interlocutor sería el jefe de Gabinete, al mando de un equipo que integrarán el ministro de Economía y el secretario de Agricultura, Javier de Urquiza.
Terminada la reunión, la atención estaba puesta en las declaraciones posteriores, que tantas trabas pusieron al encarrilamiento del conflicto a lo largo de 100 días. Los ruralistas escucharon a Alberto Fernández y no objetaron nada. Cuando ya el jefe de Gabinete había dicho lo esencial, los dirigentes agropecuarios hablaron a los periodistas fuera de la Casa Rosada. El secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, lo veían juntos por TV y parecían satisfechos. Alberto Fernández recién se enteró de las frases de los ruralistas una hora después. Los tres coincidían: “Ya está, ahora la cosa sigue en el Congreso”.
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