Morgan Tsvangirai buscó refugio en la Embajada de Holanda en Harare, después de recibir la “enésima amenaza a su vida”, dijo su partido, mientras Robert Mugabe se comprometía a seguir adelante con la segunda vuelta el próximo viernes, a pesar del retiro de su principal oponente y de la presión internacional para que postergue la elección.

Parece que la decisión del domingo del líder de la oposición de no competir con Mugabe en el ballottage no fue suficiente para persuadir al presidente de que afloje su persecución contra la oposición. Ayer, la policía fuertemente armada allanó la sede del Movimiento por el Cambio Democrático de Tsvangirai, la Casa de la Cosecha, en Harare, y detuvo a 60 personas, muchas de ellas mujeres y niños, que se habían refugiado en el lugar huyendo de la violencia política.

La Comisión Electoral de Zimbabwe (ZEC) de Mugabe, mientras tanto, anunciaba que seguiría adelante con la segunda vuelta electoral del viernes, a pesar del retiro de Tsvangirai. “Si se puede llevar a cabo una elección en Irak, seguramente también se puede llevar a cabo en Zimbabwe”, dijo el juez de la Cámara alta, George Chiweshe, un muy conocido asistente de Mugabe que preside el ZEC. “No creo que el nivel de violencia en el país sea tal que una elección creíble sea imposible. No estamos en guerra. Se van a poder realizar elecciones creíbles.”

El juez Chiweshe dijo que no había recibido ninguna comunicación escrita sobre el retiro de Tsvangirai y por lo tanto procedería con la elección el viernes. El vocero de Mugabe, George Charamba, declaró a los periodistas que Mugabe continuaba con su programa de campaña electoral y la segunda vuelta procedería, a pesar de los comentarios de retirada de Tsvangirai. Acerca de la retirada del líder opositor, Charamba dijo: “Es sólo una agenda de los medios del MCD que está calculada para engañar a los partidarios de Zanu-PF para que crean que no habrá elecciones. Pero, por supuesto, se están engañando ellos mismos, ya que los seguidores del partido van a votar el 27 de junio”.

Los funcionarios holandeses confirmaron que Tsvangirai se había refugiado en su embajada en Harare. Bart Rijs, un vocero de la Cancillería holandesa, dijo que Tsvangirai estaba reflexionando sobre cuál debería ser el próximo paso. Rijs no indicó en qué momento Tsvangirai abandonaría el complejo de la embajada. El comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, advirtió también ayer que la segunda vuelta electoral en Zimbabwe “no puede ser considerada legítima”, a raíz del “clima de violencia e intimidación” que rige en ese país.

El vocero del MCD, Nelson Chamisa, dijo que la campaña de terror de Mugabe no mostraba señales de disminuir después del allanamiento en las oficinas de MCD. Pero un vocero de la policía, Wayne Bvudzijena, dijo que la policía sólo había visitado la sede para remover a la gente que vive en condiciones antihigiénicas en el edificio de la MCD. “¿Desde cuándo les importan nuestros partidarios, cuando en realidad los han estado asesinando por docenas?”, preguntó Chamisa. “Si el régimen está preocupado por ellos, ¿por qué arrestarlos y llevarlos a cárceles notoriamente roñosas?”

Tsvangirai dijo ayer que estaba dispuesto a negociar con el gobierno del cuestionado presidente Mugabe, pero sólo si detiene la ola de violencia contra sus partidarios. El MCD ha informado de por lo menos 96 muertes desde la elección del 29 de marzo en la que Tsvangirai terminó ganándole a Mugabe, pero no logró la mayoría absoluta necesaria. Dijo que está preparado a negociar con una “autoridad transicional” para que Zimbabwe organice una elección presidencial creíble y el país se estabilice, pero no unirse a un gobierno de unidad permanente con Mugabe. El ZEC dijo que si no recibía el retiro de Tsvangirai por escrito podrían legalmente declarar ganador de la elección al único candidato en pie.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.