EL MUNDO › ATACó A IRáN EN LA FRONTERA PALESTINA Y EN SU REUNIóN CON OLMERT

Obama seduce el voto judío

El candidato demócrata a la Casa Blanca prometió desde Israel que en su eventual presidencia defenderá al Estado israelí e impulsará el proceso de paz con los palestinos. El senador por Illinois cargó las tintas contra el programa nuclear de Teherán.

En un nuevo intento por ganarse el voto judío en Estados Unidos, Obama hizo campaña ayer desde una cuidad israelí fronteriza con la Franja de Gaza y fue duro con Irán. “Un Irán nuclear sería una grave amenaza, el mundo debe impedir a Irán que obtenga el arma nuclear”, dijo en la última parada de su gira por Medio Oriente. También prometió que en su eventual presidencia defenderá incondicionalmente al Estado judío e impulsará el proceso de paz en la región.

El senador por Illinois habló frente a restos de cohetes lanzados desde la Franja de Gaza, en la fronteriza Sderot, habitual blanco de los proyectiles palestinos Quassam. “Un Irán nuclear cambiaría la situación no sólo de Medio Oriente, sino del mundo entero. Es la más importante amenaza a la vez para Israel y para Estados Unidos. Es un tema sobre el que vamos a trabajar mucho”, prometió. También cuestionó “los odiosos actos terroristas” contra Israel y el rearme de Hezbolá, además de defender el derecho del Estado judío a la seguridad.

El tono que empleó Obama al hablar de Irán marcó un contraste con declaraciones anteriores, en las que se había mostrado dispuesto a negociar con Teherán sin condiciones previas.

Pero no todo fue amenazas. El candidato afroamericano aseguró que, de ganar las elecciones, una de sus prioridades será abocarse a buscar la paz en la región. “No esperaré a que pasen algunos años de mi mandato, o un segundo mandato, si soy elegido, para avanzar en el proceso. Creo que existe actualmente una ventana de la que tenemos que aprovecharnos”, sostuvo. Pero aseguró que no forzará a Israel a tomar decisiones que mengüen su defensa.

Por ejemplo, apoyó la decisión del gobierno israelí de rechazar negociaciones directas con el movimiento palestino Hamas, que controla la Franja de Gaza desde junio de 2007. “Es difícil negociar con un grupo que no representa una nación y que no reconoce el derecho a la existencia” de Israel, dijo. Y reafirmó su idea de que Jerusalén era la capital indivisible de Israel, como había dicho en junio. “No he cambiado mi postura. Sigo diciendo que Jerusalén será la capital de Israel. Lo dije en el pasado y lo repito”, agregó. Sin embargo, aclaró que la resolución de ese asunto está relacionada con el estatuto final de los territorios palestinos, en el marco de un acuerdo de paz. Los palestinos quieren que Jerusalén sea la capital de su futuro Estado, pero la zona oriental de la ciudad está anexada al Estado hebreo desde 1967.

Antes de hablar en Sderot el candidato a la Casa Blanca tuvo una agenda apretada. Por la mañana se reunió con el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak. Además de discutir sobre “los desafíos del mundo libre”, en el encuentro se coló la infaltable “amenaza” iraní, según informó el ministro en un comunicado. El freno a las ambiciones nucleares del país persa fue también el eje de la siguiente reunión de Obama, que mantuvo con Benjamin Netanyahu, líder de la oposición israelí y del partido conservador Likud. Si bien Obama se encargó luego de sentar su postura frente a Irán, a los israelíes les preocupa la intención que manifestó el demócrata de abrir negociaciones con Irán. En más de una ocasión, el régimen iraní amenazó con volar al Estado hebreo del mapa.

El aspirante a la Casa Blanca también se entrevistó con el presidente israelí, Shimon Peres. “Estoy aquí para reafirmar la relación especial entre Israel y EE.UU. y mi compromiso con la seguridad de Israel y la esperanza de servir como socio efectivo tanto como senador o presidente”, dijo en la reunión. Tras el encuentro visitó el Museo del Holocausto, paso casi obligado para los visitantes ilustres. Con un kipá blanco en la cabeza, el senador afroamericano depositó una corona de rosas blancas y calificó la existencia del Estado judío como “un milagro que ha florecido en los últimos sesenta años”.

Al salir del monumento, Obama cruzó a Cisjordania para reunirse con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. Aunque tras el encuentro el senador no hizo declaraciones, Saeb Erakat, uno de los principales negociadores palestinos, explicó que el senador “afirmó que apoyaba una solución pacífica para el conflicto israelo-palestino y que será un actor importante y pleno en el proceso de paz desde los primeros días de su presidencia”.

Por la noche lo esperaba una cena con el primer ministro hebreo, Ehud Olmert, la última actividad de la gira de 36 horas por Israel y Cisjordania. Las próximas paradas de Obama son Alemania, Francia y el Reino Unido.

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Obama con el ministro de Defensa, Ehud Barak, caminan por las calles de Sderot.
Imagen: AFP
 
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