El presidente venezolano, Hugo Chávez, inició ayer una visita de Estado de tres días a China, destinada a estrechar la cooperación entre los dos países, especialmente en materia militar y energética. Chávez, que llegó a Beijing procedente de Cuba tras una breve escala en Bélgica, permanecerá tres días en China antes de viajar a Rusia, la siguiente etapa de una gira internacional que después lo llevará a Francia y Portugal. Esta es la quinta visita de Chávez a China, calificada como “aliada estratégica”, desde que llegó al poder a finales de 1998. En Beijing, el mandatario venezolano se reunirá hoy con el presidente chino, Hu Jintao, y firmará unos veinte acuerdos, en particular para la compra de aviones militares y la construcción de refinerías.

El jefe de la izquierda latinoamericana ha hecho de su relación con China uno de los ejes de su política exterior, caracterizada por su enfrentamiento con Estados Unidos. El presidente venezolano consideró que su presencia en Beijing es más importante que su participación en la Asamblea General de la ONU en Nueva York. “El canciller va a ir a Nueva York cuando le corresponda hablar. Cada cual tiene su propia agenda. Desde principios de año teníamos esta agenda con Beijing. En este momento, para mí es mucho más importante estar en Beijing que en Nueva York”, aseguró el mandatario, en declaraciones difundidas por la cadena de televisión oficial venezolana. “Venimos cargados de entusiasmo, porque nuestra relación con China ya pasó a un nivel estratégico muy alto. Este gran país necesita mucho petróleo, mucha energía”, afirmó Chávez, explicando que va a firmar “veintitantos” convenios en sus dos días de visita, entre ellos la construcción de refinerías en ambos países para procesar el extrapesado crudo venezolano.

“Estamos trabajando en un proyecto de construcción de una flota petrolera conjunta chino-venezolana”, declaró Chávez a su llegada al aeropuerto de Beijing. Agregó que “hace diez años Venezuela no vendía ni una gota de petróleo a China y hoy vende 300.000 barriles diarios y aumentarán a 500.000 el próximo año y a un millón dentro de cuatro”. “China está demostrando al mundo que no hace falta agredir a nadie para ser una gran potencia (...) El ascenso de China no ha sido a costa de invasiones”, explicó Chávez.

Antes de emprender el viaje, el presidente venezolano había anunciado que firmaría con China un contrato de compra de 24 aviones de combate K8, que las fuerzas aéreas venezolanas recibirán a principios de 2009. Chávez anunció asimismo que durante su viaje a Beijing se ampliará con 4000 millones de dólares adicionales un fondo de inversión chino-venezolano creado hace dos años, que actualmente cuenta con un capital de 6000 millones de dólares. “Antes teníamos que ir a Washington a mendigar dinero. Ahora no. Negociamos con los chinos”, afirmó Chávez.