EL MUNDO › EL PRESIDENTE DE ZIMBABWE PATEó EL TABLERO

Todo, todo el poder para Mugabe

 Por Sergio Kiernan

Como para que no queden dudas de que la vida es difícil, el presidente fraudulento de Zimbabwe Robert Mugabe acaba de patear el tablero. El pacto de paz que dificultosamente había mediado el ahora ex presidente de Sudáfrica Thabo Mbeki, y que Mugabe aceptó bajo amenaza internacional y presión de sus vecinos africanos, descansaba sobre el reparto del poder con la oposición. La clave era que el MDC, que encabeza Morgan Tsvangirai y que ganó las elecciones robadas, iba a recibir puestos clave del gabinete. Lo que Mugabe acaba de decir es que no entregará la cartera de Seguridad Interior, como había prometido. Mbeki ya reservó pasaje para llegar el lunes a Harare a tratar de apagar la mecha.

Mugabe gobierna el país que casi fundó desde 1980. Hace ya diez años que no tiene la mayoría y sigue de presidente gracias a la violencia y el fraude más descarado. La economía de Zimbabwe está hace tiempo en el más alto grado de entropía jamás visto, con el 80 por ciento de desempleo y una inflación oficial de 235.000.000 por ciento (que quiere decir que lo que el 12 de octubre de 2007 valía uno, hoy vale 2.350.000).

Mugabe robó las últimas elecciones en abril, pero ni él se animó a mentir que las había ganado, con lo que tuvo que admitir una segunda vuelta en junio. La violencia contra la oposición fue tal, que Tsvangirai se retiró del ballo-ttage y Mugabe se declaró triunfador. Pero el 15 de septiembre tuvo que darle la mano a Tsvangirai, a quien detesta personalmente, y compartir el poder. El opositor pasaría a ser primer ministro y recibiría 16 ministerios en un gabinete de 30. Mugabe se reservaría el de Defensa, ya que los militares son la única fuente de poder que le queda, pero entregaría el de seguridad interior para que la oposición baje el nivel de represión y trate de contener a los escuadrones de la muerte. Mugabe anunció ayer que se guardará ambas carteras, además de la de Relaciones Exteriores y la de Economía.

El vocero del MDC, Nelson Chamisa, criticó la arrogancia del gobierno y dijo que la declaración de Mugabe es “unilateral, despectiva, indignante, una verdadera emboscada que muestra que no quiere compartir el poder”. Chamisa confirmó que Mbeki llega el lunes a la capital para tratar de salvar el complicado tratado de paz. El sudafricano está claramente debilitado porque acaba de ser depuesto por su propio partido, y vuelve a Harare como ex presidente. Pero el principal obstáculo al renacimiento de Zimbabwe sigue siendo Mugabe, presidente eterno.

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