EL MUNDO › HAY NUEVE PERSONAS DETENIDAS POR EL ATENTADO EN BALI

Van en busca de la pista perdida

Mientras las autoridades decían que el número de muertos (189) en el ataque del sábado en Bali podría duplicarse, la policía indonesia, el FBI, Scotland Yard y otros servicios de inteligencia internacionales buscan el hilo que lleve hacia Osama bin Laden.

Por Miguel Noguer *
Desde Kuta, Bali

La policía de Indonesia informó ayer que estaba interrogando “muy intensamente” a dos ciudadanos indonesios y a nueve paquistaníes en relación con el atentado contra una discoteca de Bali frecuentada por turistas que causó unos dos centenares de muertes el pasado sábado. Los dos indonesios podrían ser, según las primeras investigaciones, dos personas que poco antes de la explosión en la discoteca Sari Club estaban en la puerta del establecimiento con una bolsa de color blanco que podría haber contenido una de las dos bombas que explotaron en la isla indonesia. Bajo presión internacional, las autoridades de Yakarta se han apresurado a anunciar la aprobación de un decreto provisional de medidas urgentes para combatir el terrorismo, ya que Indonesia ni cuenta con una legislación específica en la materia. “No se llegará al extremo de autorizar la detención indefinida, como en Malasia”, aseguró un diputado gubernamental. El grupo islámico Laskar Jihad, que opera en las Islas Molucas, anunció su disolución.
La presencia del explosivo C-4 en el lugar sugiere la mano de Al-Qaida: este explosivo fue utilizado para el ataque contra el buque de guerra norteamericano “USS Cole” en Yemen en octubre del 2000 y en el primer atentado contra el World Trade Center, en 1993.
El Ministerio de Interior de Indonesia centraba ayer sus esfuerzos en determinar si los dos ciudadanos indonesios detenidos tenían alguna relación con los nueve paquistaníes detenidos en Bali y que, según fuentes oficiales, habían estado en la isla durante poco más de dos meses visitando diferentes mezquitas. Uno de los dos indonesios interrogados reconoció que estaba en el lugar del siniestro poco antes de la explosión.
Para hoy está previsto que el ministro de Interior, Heri Sabarna, acuda a Bali para conocer sobre el terreno el avance de las investigaciones y los interrogatorios, a los que hasta ahora se han sometido unas 30 personas, y en los que participan agentes australianos, del FBI y de Scotland Yard. Los investigadores intentan confirmar la existencia de una red local de Al-Qaida en Indonesia, tal y como Estados Unidos y los países vecinos de Indonesia han alertado los últimos meses.
El gobierno de Indonesia reiteró ayer que Al-Qaida está presente en el país, aunque precisó que aún no se puede probar la implicación del grupo dirigido por Osama bin Laden en el atentado. El gobierno australiano considera que ya hay base para atribuir a Jemaah Islamiyah, una supuesta ramificación de Al-Qaida en el Sudeste asiático, el ataque terrorista. Un oficial de la oficina de inteligencia norteamericana aseguró a la agencia Reuters que se trabaja con la hipótesis de que los terroristas forman parte de un grupo “sofisticado”, por la habilidad que demostraron al manejar explosivos de gran potencia y de forma coordinada.
El premier ministro australiano John Howard afirmó en el Parlamento de Canberra que hay “bastantes evidencias” sobre la implicación de Al-Qaida en la preparación del atentado junto con Jemaah Islamiyah. Su gobierno quiere que Naciones Unidas incluya a esta organización en su lista de grupos terroristas. Australia es el país al que pertenece el mayor número de víctimas mortales a causa de la explosión, unos 30 oficialmente, pero que podrían representar hasta el 70 por ciento de los fallecidos.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Voluntarios indonesios sacan cuerpos y partes de cuerpos del club Sari, en la playa Kuta.
 
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