El escándalo desatado por los abusos en los gastos de los diputados en Gran Bretaña alcanzó ayer un nivel más problemático para el gobierno luego de que David Cameron, líder del Partido Conservador y principal opositor al gobierno laborista de Gordon Brown, exigieron la disolución del Parlamento y la convocatoria a elecciones anticipadas. “No creo que el país quiera esperar otro año para juzgar a sus políticos y a su Parlamento”, aseguró el jefe de los tories en la presentación de la campaña de su partido para las elecciones europeas del próximo 4 de junio.

Cameron, cuyo partido encabeza todos los sondeos de intención de voto para las elecciones previstas para mediados del 2010, señaló que el sistema político británico se encuentra “paralizado” y que la confianza en la clase política se ha roto “en pedazos” como consecuencia del escándalo de los abusos de fondos públicos destapado el pasado 8 de mayo por el diario The Daily Telegraph. “Escriban a su periódico local, a su periódico nacional. Comencemos una movilización ciudadana. Con el poder de nuestra presión colectiva podemos forzar a Gordon Brown a actuar”, insistió el líder conservador en conferencia de prensa.

Mientras Cameron presionaba al gobierno de esta forma, el “Speaker” (presidente de la Cámara de los Comunes), Michael Martin, del Partido Laborista, se negó ayer a renunciar a su puesto (el último speaker en dimitir lo hizo en 1695) luego de que 15 legisladores conservadores presentaran una moción de censura en forma simbólica pidiéndole que se apartara de su puesto. En lugar de ello, el laborista optó por pronunciar un discurso en el que pidió disculpas por los abusos cometidos. “Permítanme decirles a los hombres y mujeres del Reino Unido que les fallamos gravemente”, señaló Martin.