Martes, 8 de septiembre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EN SUDáN UNA MUJER SE SALVó DE 40 LATIGAZOS, PERO VA A PRISIóN
Por Daniel Howden *
Una mujer sudanesa, que fue acusada y arrestada por usar pantalones, acaparó la atención del mundo y se salvó ayer de ser azotada, pero se enfrenta a pasar hasta un mes en prisión. Lubna Hussein fue condenada por indecencia, pero no recibió la típica sentencia de los 40 azotes, ya que el juez optó por una multa. Hussein, quien usó su juicio para hacer campaña contra el estricto código de decencia de Sudán, dijo que no pagaría la multa de 200 dólares y por lo tanto se enfrentaría a la sentencia de prisión.
“No pagaré un centavo”, les dijo a los periodistas en la Corte en la capital de Sudán, Kartún. “No pagaré por una cuestión de principios. Pasaré el mes en la cárcel. Es la oportunidad de constatar las condiciones en la cárcel.” La combativa ex periodista, que dejó su empleo con las Naciones Unidas para carecer de inmunidad y pelear la acusación, asistió a la audiencia usando los mismos pantalones que tenía puestos cuando fue arrestada. El par de pantalones verdes sueltos han sido vistos alrededor del mundo ya que Hussein atrajo los titulares en su batalla.
La viuda de 43 años emergió como una poderosa activista contra las estrictas leyes que limitan lo que una mujer puede usar como vestimenta, y prometió apelar contra la condena ante la más alta Corte del país si fuera necesario. Dijo que toleraría “40.000 azotes” si con eso pudiera cambiar la ley.
El apoyo público que recibió sorprendió a las autoridades en Sudán y antes de la audiencia de ayer, docenas de mujeres que llevaban pantalones fuera del juzgado fueron arrestadas. “Lubna nos ha dado una oportunidad. Es muy valiente. Miles de muchachas han sido azotadas desde la década del ’90, pero Lubna es la primera que no se calló”, le dijo a Reuters Sawsan Hassan el-Showaya, una de las manifestantes. La presencia de los partidarios de Hussein provocó una manifestación rival de los islamistas que entonaban cánticos religiosos y denunciaban a la acusada y a otras mujeres como prostitutas. Hubo choques y unas 40 mujeres fueron arrestadas.
Galal al Sayed, el abogado de Hussein, dijo después que le habían aconsejado pagar la multa antes de apelar, pero ella se había negado. Fue juzgada en un tribunal normal y se le permitió tener un abogado, mientras que otras mujeres a menudo son juzgadas por el mismo delito en juzgados especiales y sin abogado defensor.
Adentro de la sala se reunieron un número de diplomáticos extranjeros y activistas de los derechos humanos para demostrar su apoyo y poner de manifiesto que el juicio se ha convertido en un caso testigo para los derechos de las mujeres en Sudán. La periodista fue arrestada en julio en una fiesta en Kartún junto con otras doce mujeres y enfrentó la posibilidad de recibir 40 latigazos por usar pantalones, que se consideran indecentes. Diez de las otras mujeres arrestadas en el mismo momento se declararon culpables y fueros azotadas públicamente.
En Sudán funciona el sistema de la sharia en el norte mayoritariamente musulmán y la estricta interpretación de la ley islámica generó tensiones con la mayoría cristiana del sur. En un artículo publicado antes del juicio, Hussein dijo que las leyes restrictivas eran en parte culpables de las tensiones que han provocado conflictos civiles en el país más grande de Africa. “Cuando pienso en mi juicio, ruego que mis hijas no vivan nunca con temor. Sólo estaremos seguras cuando esas leyes sean abolidas”, escribió.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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