SOCIEDAD › EMPRESAS PRIVADAS BRITáNICAS, CON EL APOYO DEL GOBIERNO

Una campaña contra el alcoholismo

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

Una coalición de 45 compañías privadas, entre ellas Marks and Spencer y Stella Artois, lanzó una campaña publicitaria de cinco años en el Reino Unido con apoyo gubernamental para combatir la cultura del emborrachamiento desbocado entre los jóvenes, tan extendida que tiene un nombre específico en inglés: “binge drinking”. Esta costumbre de beber sin control la máxima cantidad posible de alcohol en la menor cantidad de tiempo, que cualquier turista puede observar con sólo entrar a un pub, se ha convertido en un problema policial y de salud pública. Una encuesta publicada la semana pasada muestra que uno de cada cuatro jóvenes se ha sentido avergonzado por su conducta en estado de ebriedad, una cuarta parte ha llegado a su casa sin tener la menor idea de cómo y casi una tercera parte ha sufrido un black-out (una especie de “apagón” de la memoria).

La campaña publicitaria, con una inversión de unos 150 millones de euros, abarcará pubs, supermercados, teléfonos públicos y locales con licencia para la venta de alcohol. El lema es “Why let good times go bad?”, o sea, ¿por qué estropear un buen momento?, y tiene el mensaje implícito de la moderación. La campaña está auspiciada por la Fundación Drinkaware, financiada por la industria de bebidas alcohólicas, y forma parte de una estrategia para neutralizar las crecientes críticas recibidas por el problema del alcoholismo en el Reino Unido.

Según cifras oficiales del último registro estadístico anual, 49.300 personas de entre 16 y 24 años fueron ingresadas en el hospital por enfermedades de origen alcohólico. El costo para el contribuyente se calcula en más de tres mil millones de euros anuales. Pero según el Ministerio del Interior británico esta cifra se dispara a más de 30 mil millones cuando se contabiliza su incidencia en índices de criminalidad, ausentismo laboral y disolución familiar. Algunas tendencias recientes han preocupado aún más a las autoridades. Un estudio realizado este año por la Joseph Rowntree Foundation halló que un 15 por ciento de las mujeres incurrían en este “binge drinking” cada semana. Aunque muy por debajo de los varones (23 por ciento), el estudio mostró que el número de mujeres se había duplicado en la última década mientras que el de hombres apenas había crecido en un uno por ciento.

Los organizadores de la campaña reconocen que tomará tiempo conseguir un cambio de cultura y mentalidad tan grande. “No va a pasar del día a la noche, pero con un apoyo continuo los jóvenes pueden cambiar de conducta. Algunos consejos bastante simples como tomar agua entre tragos y planear el viaje de regreso con antelación, pueden ayudar a mejorar la situación”, dijo Chris Sorek, director de Drinkaware. La industria teme que el fenómeno termine con una estricta regulación de la venta de bebidas alcohólicas que prohíba las ofertas y fije los precios para desalentar el consumo. A fines de 2007 el primer ministro Gordon Brown se reunió con representantes de la industria rodeado de la ministra del Interior, el titular de Cultura y la de Salud, para presionar a la industria para que tome cartas en el asunto. Esta campaña es la respuesta. No hay ninguna garantía de que vaya a dar resultado.

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