El Tribunal Electoral de Brasilia destituyó anoche al gobernador de Brasilia, José Roberto Arruda. No lo hizo por los cargos de corrupción por los que la Fiscalía Nacional lo detuvo hace un mes, sino porque se desafilió de su partido y, según la ley electoral brasileña, los cargos pertenecen a los partidos políticos y no a las personas. La Corte ordenó a Arruda entregar el cargo por haberse dado de baja del Partido Demócrata en diciembre pasado, cuando el escándalo por sobornos estalló en los medios brasileños. Arruda recibió ayer la noticia desde su celda en la sede de la Policía Federal en Brasilia, donde espera el inicio de su juicio. Arruda se había negado a renunciar después de su detención y se había limitado a pedir licencia ante el Parlamento local. Desde entonces, el cargo de gobernador es ocupado por su vice, quien también está sospechado de recibir sobornos.