Lunes, 12 de abril de 2010 | Hoy
EL MUNDO › EL OFICIALISTA SANTOS Y SU RIVAL MOCKUS PASARíAN A SEGUNDA VUELTA EN LAS PRESIDENCIALES DE MAYO
El matemático Antanas Mockus le pisa los talones al ex ministro de Defensa del gobierno de Uribe. El primero refuerza su imagen de político recto y honesto.
Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde Medellín
A siete semanas de las elecciones presidenciales, el favoritismo uribista va en descenso, mientras los políticos independientes duplican sus votos en las encuestas. Los opositores también pierden y los partidos más tradicionales se dividen por cuenta de las peleas internas. A pesar de que el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos se mantiene en el primer lugar de las encuestas, el matemático Antanas Mockus le pisa los talones desde la semana pasada, cuando selló su unión con el ex candidato presidencial Sergio Fajardo, como su fórmula para vicepresidente. Esta semana, además, Mockus confesó que tiene la enfermedad de Parkinson en su etapa inicial; todos factores que podrían explicar el fenómeno electoral del ex alcalde que hace un mes no tenía más del 8 por ciento de intención de votos en las encuestas, y hoy asciende al 25 por ciento.
Si el 30 de mayo próximo los colombianos votan como lo indica la más reciente encuesta de la empresa Datexco, Santos y Mockus pasarían a una segunda vuelta, es decir, serían los ganadores para enfrentarse entre ellos en una segunda votación que se realiza cuando ningún candidato obtiene la mayoría absoluta en una primera jornada electoral. En Colombia, Alvaro Uribe es el único que ha logrado ganar la presidencia en una primera vuelta. Y de esa manera se proyectaba su candidato, Santos, hasta la última semana de marzo, cuando las encuestas lo daban con el 34,2 por ciento de los votos. Optimista, Santos afirmó que en una aguerrida campaña sumaría más y más votos hasta superar el 50 por ciento. En ese momento, otra ex ministra de Uribe, Noemí Sanín, ocupaba el segundo lugar que hoy tiene Mockus.
Pero una extraña suma de factores la tienen hoy en el tercer lugar. Con seis puntos menos, un 16 por ciento de los colombianos votaría por Noemí, según lo averiguó Datexco el 10 de abril. Ahora el partido de Sanín se resquebraja después de las pasadas elecciones parlamentarias donde, a pesar de ganar mayorías en el Congreso, surgieron peleas por el triunfo de la tradicional política como candidata presidencial y la derrota de Andrés Felipe Arias, apadrinado de Uribe. Desde entonces, las agresiones no cesan, y más de 50 parlamentarios que alcanzaron un curul en el partido conservador se cambiaron a las filas de Santos, del Partido de la U, para apoyarlo en sus aspiraciones presidenciales. Ambos candidatos representan la continuidad de las políticas de Uribe en el poder. La seguridad democrática, la lucha contra la guerrilla de las FARC y el terrorismo, así como la recuperación de las inversiones extranjeras en el país, fueron los principales propósitos de Uribe y son los lemas de campaña de sus herederos. Los dos representan a la clase política tradicional, aunque nunca han sido elegidos en su cargo sino asignados por el Ejecutivo.
El de Antanas Mockus y Sergio Fajardo es el caso contrario. Como alcaldes de las principales ciudades fueron elegidos popularmente, e impulsaron proyectos lejos del armamentismo y el uso de la fuerza, invirtiendo en cultura y educación. Los dos surgieron de la academia y rechazan las formas tramposas y corruptas tradicionales de hacer política en Colombia. “No todo se vale” es uno de los postulados de Mo-ckus que más atrae a los colombianos, que, según él mismo interpreta en los resultados de las últimas encuestas, parecen cansados de la corrupción y la oscuridad en que el país es gobernado.
Escándalos mayúsculos han estallado en los últimos años de gobierno de Uribe, como las escuchas ilegales a magistrados y opositores, las ejecuciones extrajudiciales a civiles para sumar “positivos” militares, y los millonarios subsidios a sus caciques políticos en programas de origen social (Agro Ingreso Seguro). Todos, aunque no le restaron popularidad en su gobierno, pueden incidir en el imaginario de los colombianos a la hora de elegir al nuevo presidente. Al menos así lo esperan los partidarios de los independientes, quienes a pesar de rechazar a Uribe no simpatizan con las propuestas de oposición. La izquierda, recientemente, ganó desprestigio por la asociación con las FARC y sus acciones como el secuestro. La candidatura de Mockus gana cada vez más aceptación.
Además de las encuestas, los analistas se ocupan de observar el día a día en las redes sociales como Facebook, donde Mockus es el rey con 200 mil fans; Santos, 33 mil; y Noemí, 6 mil. Este factor, sin embargo, puede representar desventaja para los hoy adelantados Mockus-Fajardo, pues Colombia es un país subdesarrollado donde Internet aún no llega al 30 por ciento de la población, y el área rural es mayor a la urbana. También las maquinarias tradicionales, como lo demostraron las votaciones parlamentarias, están en manos de Santos y Noemí. Para ellos, las batallas ganadas a la guerrilla con golpes como la Operación Jaque y la muerte del segundo de las FARC obran a su favor entre el electorado que cree que el mayor problema del país lo entraña el grupo rebelde.
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