Lunes, 12 de abril de 2010 | Hoy
EL MUNDO › UNA MULTITUD SE CONGREGó EN EL PALACIO PRESIDENCIAL LLEVANDO VELAS Y FLORES ROJAS Y BLANCAS
El cuerpo de Lech Kaczynski llegó a Varsovia un día después del accidente de avión que le costó la vida al jefe de Estado y otras 95 personas. Muchos compararon las ceremonias con las que en 2005 despidieron al papa Juan Pablo II.
Por Tony Paterson *
Desde Varsovia
Envuelto con la bandera blanca y roja de Polonia, el cuerpo de Lech Kaczynski llegó a esta ciudad un día después del accidente de avión que le costó la vida al presidente junto con otras 95 personas. Un accidente que fue descripto por los polacos como la peor tragedia política desde la Segunda Guerra Mundial.
El avión que transportaba al presidente de 60 años, su mujer y figuras políticas, religiosas y militares del país se estrelló y explotó cuando trataba de aterrizar en medio de la neblina en el oeste de Rusia el sábado por la mañana. No hubo sobrevivientes. La trágica ironía es que la comitiva se dirigía a participar de una ceremonia en el lugar de la masacre de Katyn, en donde la policía secreta soviética ejecutó a 22 mil oficiales polacos en 1940.
El accidente dejó enormes agujeros en la plana mayor del poder político y militar del país. A bordo estaban el jefe de Estado Mayor Conjunto, el presidente del Banco Central, el vicecanciller, el vicepresidente del parlamento, entre otras figuras. Donald Tusk, el primer ministro, se dijo que rompió en llanto cuando describió el incidente como “la peor tragedia política nacional desde la Segunda Guerra Mundial”. Los investigadores rusos descartaron que una falla técnica haya provocado el colapso del Tupolev-154 M.
Treinta horas después del incidente, un avión militar trasladó los restos del mandatario al aeropuerto principal de Varsovia; lo esperaban Tusk y el hermano gemelo de Kaczynski y ex premier Jaroslaw Kaczynski. La hija del presidente, Marta, se arrodilló frente al sarcófago, permaneciendo en silencio algunos minutos. El ataúd fue llevado por los soldados hasta el palacio presidencial en cuya capilla fue depositado. Millones de polacos se congregaron en las calles aplaudiendo y lanzando flores al paso del automóvil del ataúd. El gobierno polaco convocó a una semana de luto oficial. Comenzó con dos minutos de silencio que se guardaron ayer en recuerdo de las víctimas, mientras sonaban las campanas de la iglesia.
El palacio presidencial rápidamente se convirtió en un santuario. Un mar de velas y cientos de flores rojas y blancas cubrieron las veredas frente al edificio. Se formó una hilera de cientos que llevaron rosas y velas esperando firmar un libro de condolencias adentro del recinto. En la calle, autos, tranvías y coches pararon en la principal glorieta y numerosos conductores salieron de sus vehículos para homenajear a las víctimas, muchos de ellos con lágrimas en los ojos, mientras se escuchaba una sirena y los conductores hacían sonar la bocina de sus vehículos.
Millones en todo Polonia asistieron a las misas dominicales para lamentar la tragedia. En Cracovia, sonó la campana de una antigua iglesia que sólo se oye en ocasiones de desastres nacionales. Muchos compararon las ceremonias con aquellas que en abril de 2005 despidieron al papa Juan Pablo II.
Kaczynski era el fundador del polémico partido nacionalista y ultraconservador Ley y Justicia. Jurista conservador y católico procedente del movimiento anticomunista Solidaridad, durante su gestión las relaciones de Polonia con sus vecinos europeos y sus antiguos enemigos Alemania y Rusia fueron tirantes la mayor parte del tiempo. Kaczynski fue controvertido por la defensa de los valores familiares y las políticas de derecha, así como por la prohibición de las marchas del orgullo gay como alcalde de Varsovia.
“El enseñó a los polacos el respecto por las tradiciones y cómo pelear por la dignidad”, dijo Bogulsav Staron, de 70, quien estaba afuera del palacio despidiéndose del mandatario. “Hizo sus sacrificios, allí, en ese trágico lugar”, agregó. “No me gustan las políticas del gobierno, pero vine porque es algo demasiado grave e importante como para ignorarlo”, dijo otro hombre con una vela en la mano también afuera del palacio.
Funcionarios de Varsovia insistieron en que el gobierno continuará funcionando. Sin embargo, no está claro cuál será el impacto político de este drama. Bajo la Constitución polaca, el rol del presidente Kaczynski fue asumido temporariamente por el presidente de la Cámara de Diputados, Bronislaw Komorowski, quien deberá llamar a elecciones antes del 20 de junio.
Lech Walesa, el ex líder de Solidaridad, Nobel de la Paz y ex presidente polaco, firmó el libro de condolencias en su casa en Gdansk. “La elite de nuestro país se ha deteriorado. Es éste el segundo desastre después de Katyn”, dijo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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