El Frente Amplio retrocede, pero mantiene intendencias clave. La coalición gobernante uruguaya retuvo cinco departamentos y sumó Artigas, un feudo conservador. Mientras que el opositor Partido Nacional (Blanco) obtuvo 11 intendencias –perdió Artigas, ganó Treinta y Tres y peleaba Paysandú– y el también opositor/conservador Partido Colorado retuvo Rivera y ganaba Salto, según los datos primarios oficiales difundidos ayer. El escrutinio secundario, en donde se computan los votos observados, podría hacer variar algún resultado.

A dos meses de asumido el gobierno del presidente José “Pepe” Mujica, los resultados oficiales arrojan que, de un total de 19 departamentos, el centroizquierda gobernará en la capital (Montevideo), Canelones, Maldonado, Rocha (donde están los balnearios La Paloma, Punta del Diablo y Cabo Polonio), Artigas y Florida. En este último departamento, el escrutinio secundario podría cambiar en favor del PN, pues la diferencia actual es menor a los votos observados.

El FA arrebató el departamento de Artigas al PN (ver recuadro), pero perdió Treinta y Tres en manos de los conservadores, en tanto los colorados –que retuvieron Rivera– desplazaban al Frente Amplio de Salto, aunque en este departamento el cómputo secundario también podría dar vuelta el resultado.

El Partido Nacional, por su parte, se impuso –además de en Treinta y Tres– en Colonia, Cerro Largo, Durazno, Flores, Lavalleja, Río Negro, San José, Soriano, Tacuarembó. En Paysandú resta el conteo de los observados, lo que podría inclinar la balanza en favor del oficialismo.

“El escrutinio secundario comienza el miércoles (mañana), y tal vez para el fin de semana estén los resultados oficiales”, dijo el ministro de la Corte Electoral, Edgardo Martínez Zimarioff.

La ciudadanía confirmó al FA en Montevideo con un 45 por ciento y en Canelones –más de 50 por ciento–, los dos departamentos más poblados y sus principales bastiones políticos. Sin embargo, el oficialismo sufrió una importante pérdida de votos, con una caída de 10 puntos porcentuales en esos dos departamentos en relación con los comicios municipales de 2005.

Además, el voto en blanco y anulado en estos dos departamentos llegó a un elevado nivel histórico de 13 por ciento (según las proyecciones privadas). En Montevideo, en tanto, un 70 por ciento de los habilitados no votó las listas de alcaldes, en el marco de un nuevo sistema inaugurado tras la aprobación de la Ley de Descentralización.

“Hay un retroceso del Frente Amplio (FA), cuando todos esperaban que mantuviera las intendencias que tenía y que quizá ganara una más”, afirmó Juan Carlos Doyenart, director de la empresa de análisis político Interconsult. César Aguiar, de la empresa encuestadora Equipos Mori, recordó que “es el segundo retroceso consecutivo” tras el registrado en las elecciones nacionales de octubre, cuando “por muy pocos votos el FA logró la mayoría en el Parlamento” y tuvo que esperar a la segunda vuelta para amarrar el triunfo de José Mujica. Aguiar aclaró que el retroceso no es alarmante para el actual gobierno. “Hay cinco años por delante sin elecciones, mucho tiempo para recomponerse.”

Teniendo en cuenta que el interior es un feudo histórico de los partidos tradicionales, el caso más significativo fue Montevideo, según los analistas. Doyenart ensayó una respuesta. “El descenso se debe en primer lugar a que las dos últimas gestiones fueron malas, con muchos problemas, sobre todo en el transporte público y la recolección de la basura. La segunda razón es que la gente estaba molesta porque no le gustó la forma en que se designó a Ana Olivera”, la candidata seleccionada por el bloque oficialista.

Olivera fue elegida en detrimento del senador Daniel Martínez, que ni siquiera fue postulado por el partido pese al apoyo de un sector de la agrupación oficialista y que otros grupos presentaron a varios candidatos. Las malas gestiones precedentes y esa elección interna, en opinión de Doyenart, pueden explicar también el porcentaje de votos en blanco registrados en la capital, de más del 10 por ciento, una aparente reacción del electorado de izquierda, que prefiere votar así antes que apoyar a los dos partidos tradicionales.

Un castigo que podría ser resultado también del rechazo a la otra votación que tuvo lugar el domingo de forma simultánea a la departamental: la elección, por primera vez en la historia de Uruguay, de un tercer nivel de gobierno, las alcaldías, que tienen su origen en las juntas vecinales. Ese último sufragio estuvo marcado por la desinformación y cuestionado por su supuesta falta de sentido en lugares como Montevideo o Canelones, no así en el interior, donde tuvo más éxito.

Con todo, Doyenart considera que los datos de los comicios no parecen tener una relación directa con la gestión de Mujica. “En los comicios locales el elector razona y vota distinto. En ocasiones se decanta más por su afinidad personal con el candidato que por el partido, y en otras pesa demasiado la influencia de una agrupación política en una región”, explicó.