Desde Medellín

A tres días de las elecciones presidenciales, los candidatos se rodean de asesores y estrategas para sumar votos de los indecisos (9%) e incluso de los partidarios opositores. Concentraciones privadas, foros y pequeñas ruedas de prensa ocupan las últimas horas de la contienda electoral. Apoyos y rechazos a los aspirantes van y vienen en esta semana de cierre, caracterizada por la tensión, por lo reñidos que, según encuestas, serán los comicios del próximo domingo. Anoche, los candidatos se enfrentaron en un debate televisivo y hoy nuevamente se reúnen para carear sus proyectos de gobierno y sus ya marcadas contradicciones sobre el manejo de los impuestos, la seguridad y la educación.

Los dos políticos con mayores posibilidades de suceder al presidente Alvaro Uribe son el oficialista Juan Manuel Santos, ex ministro de Defensa, y Antanas Mockus, del independiente y recientemente creado Partido Verde. Mockus se muestra como el fenómeno político de la historia reciente colombiana, por ascender rápidamente en los sondeos de intención de voto, pasando de un 8 por ciento hace un mes hasta conseguir el 34 por ciento que le asignan hoy los consultores. Santos obtendría el 36 por ciento, por lo que se encuentran en un empate técnico sin antecedentes. En las elecciones de las dos últimas décadas, los partidos tradicionales, Conservador y Liberal, arrasaron con los votos mayoritariamente, o bien con más del 50 por ciento de los electores, como lo consiguió Uribe en sus dos elecciones consecutivas.

Esta semana, la familia del presidente y el propio candidato de Uribe se ocupan de defenderse de las acusaciones de un ex policía colombiano, reveladas por Página/12 y por The Washington Post. Juan Carlos Meneses acusó a Santiago Uribe Vélez de crear comandos paramilitares en la década del ’90 en la provincia de Antioquia, donde el actual jefe de Estado era entonces gobernador.

Santos dice confiar en la inocencia de Santiago Uribe Vélez y, al tiempo que le abre las puertas de su gabinete al presidente para que ocupe el cargo que quiera, se reafirma en el “orgullo” que siente por ordenar el bombardeo a Ecuador en marzo de 2008, donde resultó muerto el número dos de las FARC, alias Raúl Reyes. Esta declaración la dio, inicialmente, en un debate con otros candidatos e implicó el cuestionamiento de otros sectores políticos, así como el rechazo internacional. La principal propuesta de este economista con estudios en Estados Unidos es la continuidad de las políticas de Uribe, en especial la de seguridad democrática. “Retroceder no es una opción”, repite cada vez que puede para enfatizar en que, según él, elegir un candidato no uribista significa un retroceso para el país por los logros en la lucha contra la guerrilla.

Por su parte, Antanas Mockus gana respaldos en el extranjero. Esta semana, un grupo de 42 intelectuales del mundo hicieron público su apoyo al ex alcalde de Bogotá, considerado también intelectual por destacarse desde los dos años como niño genio, en su dominio de cuatro lenguas, y en sus estudios en matemáticas y filosofía. Mockus fue rector de la Universidad Nacional, la más importante del país, donde saltó a la vida pública al enseñar su trasero a un auditorio y así captar su atención. Desde entonces se le conoce como excéntrico y hasta irreverente, implementando acciones culturales para disminuir la violencia y casándose sobre un elefante y en un circo.

El también filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas encabeza la lista de pensadores que respalda la candidatura del hijo de inmigrantes lituanos, que nació en Bogotá hace 58 años. Mockus promete honestidad y transparencia, acabando con la corrupción en la política colombiana. “No todo se vale” y “La vida es sagrada” son algunas de sus frases más recurrentes. Los intelectuales afirman que “el dramático éxito de las iniciativas que emprendió como alcalde de Bogotá lo han hecho merecedor no sólo del apoyo y la admiración de millones de conciudadanos sino, también, del interés y la cooperación de expertos en políticas públicas urbanas y científicos sociales, como nosotros, en muchos países”.