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En el gran debate parlamentario anual sobre el estado de la nación, el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció ayer que éste fue un año duro, y explicó durante una hora las medidas adoptadas para atajar la crisis y tranquilizar a los mercados financieros, que en mayo alimentaron las dudas sobre la solvencia de España. En un discurso criticado por la mayoría de los grupos parlamentarios y descalificado por el jefe de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, Zapatero llamó a un “esfuerzo colectivo” para salir de la peor crisis que haya sufrido España.

Rajoy exigió a Zapatero la convocatoria de elecciones generales anticipadas. La respuesta de Zapatero no tardó en llegar: en el duro enfrentamiento verbal que mantuvieron en el Congreso de los Diputados, el jefe del Ejecutivo socialista retó al presidente del Partido Popular (PP) a presentar una moción de censura, con un programa de medidas del que, dijo, carece el líder conservador.

“Su tiempo, señor presidente del gobierno, se ha agotado y lo sabe”, dijo Rajoy a Zapatero. “El mejor servicio que puede hacer a este país para cortar este calvario es disolver el Parlamento y convocar a elecciones.” Fue la primera vez que el líder del PP pidió personalmente la anticipación de los comicios. “No está en cuestión la solvencia de España, sino la de su administrador. El que encarna la desconfianza es usted, señor presidente del gobierno, porque ha negado la realidad, ha rechazado las recomendaciones, se ha dejado caer alegremente por el tobogán de la deuda”, dijo. Rajoy, no obstante, no llegó a anunciar una moción de censura contra el jefe del Ejecutivo.

Zapatero no dudó en responderle. “La confianza se expresa en las urnas. Sé perfectamente que yo he perdido confianza en los últimos dos años, pero ni que usted estuviera para echar cohetes.” El debate sobre el estado de la nación comenzó ayer y proseguirá hoy. El de este año es el más difícil para el jefe de Estado socialista, que lo encara en su peor momento político, en el marco de la grave crisis económica que vive España y que llevó a Zapatero a tomar medidas controvertidas y fuertemente criticadas –entre ellas el drástico plan de ajuste para reducir el déficit público y una reforma laboral– y sin poder contar con el apoyo de otros grupos más allá de su Partido Socialista (PSOE).