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La América India está en pie de guerra, y no sólo en Bolivia. Indígenas peruanos de las etnias aguaruna y huambisa mantenían paralizada por quinto día consecutivo ayer la ciudad amazónica de Bagua en Perú, cerca de la frontera con Ecuador, y tomaron el control de una central hidroeléctrica, según informaron autoridades regionales ayer. “Bagua ha sido tomada por los huelguistas, no hay energía eléctrica, tomaron la central hidroeléctrica El Muyo, no hay ingreso ni salida de vehículos, la población está desabastecida, no hay radio ni televisión, y hay una pasividad en el gobierno”, dijo Miguel Reyes, presidente del Ejecutivo regional de Amazonas, donde se cumple la protesta. “Nos han obligado a cerrar la hidroeléctrica El Muyo”, admitió el ministro de Energía y Minas, Jaime Quijandría, quien señaló, sin embargo, que la protesta se cumple por ahora pacíficamente.
Los indígenas, unos 2.000 que cumplen una huelga indefinida desde el lunes con los rostros pintados y armados de arcos y flechas, acusan al gobierno de incumplir promesas de mejoramiento y construcción de carreteras en esa zona nororiental del país, a unos 900 kilómetros de Lima. Según el ministro, los reclamos de los indígenas son injustificados porque el gobierno está cumpliendo con ejecutar las obras viales que tienen un avance de 80 por ciento. Marino Santa Cruz, vicepresidente del gremio Pueblos Indígenas e Hispanos, dijo que los aguarunas y huambisas, apoyados por colonos y la población de Bagua, no permiten que se levanten las compuertas del canal que abastece de agua las turbinas de la hidroeléctrica. Sólo lo harán cuando lleguen autoridades de Lima para dialogar, advirtió. La hidroeléctrica fue tomada la tarde del lunes y la medida se cumple sin violencia, anotó Santa Cruz, indicando que los indígenas se comprometieron, con la firma de un acta, a no causar perjuicio a sus instalaciones. Los nativos también tienen cercadas dos estaciones de bombeo del Oleoducto Norperuano que pasa por la zona y que transporta petróleo de la selva hasta la costa.
Anticipando posibles desórdenes, dos contingentes de la policía antimotines llegaron ayer a Bagua, ciudad de 95.000 habitantes, que vive un ambiente de tensión, sin transportes y con los comercios cerrados. Las carreteras de acceso a la ciudad estaban bloqueadas con grandes piedras y troncos, mientras grupos de aguarunas y huambisas montaban guardia en la carretera que une a esa ciudad con la vecina Saramerisa, una de las vías que exigen que sea mejorada.