EL PAíS › CAFIERO ADMITIO QUE ASUNTOS INTERNOS INVESTIGA EL ROL POLICIAL
La historia del patrullero que no llegó
Por Carlos Rodríguez
Un móvil policial no identificado estuvo rondando el country Carmel, de Pilar, entre las 20 y las 20.45 del domingo 27 de octubre, una hora después de que fuera asesinada María Marta García Belsunce. ¿Por qué no ingresó al country? ¿Es cierto que se pagó una coima para que los ocupantes del patrullero se fueran sin intervenir? Al margen de la investigación judicial, el interrogante es objeto de un sumario abierto por la Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense para determinar posibles irregularidades cometidas por los uniformados. En el trámite interno, además del misterioso móvil, se analiza la actuación que les cupo a dos jefes de la Bonaerense: los comisarios Angel Casafús, del Grupo Antisecuestros, y Aníbal Degastaldi, de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro. El ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero, confirmó la investigación en curso, pero defendió a Casafús: “Hizo lo que tenía que hacer todo funcionario policial”.
De todos modos, Cafiero sostuvo que cualquier “actitud sospechosa” del personal policial será sometida a la investigación, a cargo del auditor general de Asuntos Internos Antonio Amoretti. El comisario Casafús ya declaró en la causa, para aclarar los términos de un llamado telefónico que le hizo el día del crimen, entre las 22 y las 23, el periodista Horacio García Belsunce. “Sacame a la policía de encima”, fue el curioso pedido del hermano de la víctima, hoy acusado de encubrimiento. Casafús admitió la conversación, pero dijo que fue el lunes 28 y no el domingo. Además, Casafús aseguró que llamó a Degastaldi para notificarle la novedad porque el hecho había ocurrido en jurisdicción de la DDI de San Isidro.
El country Carmel está dentro del área que corresponde a la comisaría 1ª de Pilar. Sus autoridades dijeron que nunca enviaron ningún móvil, que fue visto por varios testigos. Es posible que la intervención policial haya sido solicitada por el servicio médico de Emernort, el segundo en llegar a la casa de los García Belsunce. El chofer de la ambulancia se habría comunicado con la central pidiendo el “código azul”, la clave para llamar a la policía. La intervención escalonada de Horacio García Belsunce, Sergio Binello y Nora Taylor, hizo que la policía nunca llegara. En la causa se dice que el vecino Binello habría llamado al presidente del Carmel, Alberto White, para pedirle que impidiera el acceso de la policía. “Si hay que pagar una coima, pagala”, habría sido la sugerencia de Binello. Habría sido Nora “Pichi” Taylor la que habría pagado la coima para “arreglar” la retirada policial. El “arreglo”, se supone, habría sido en la misma puerta del country, con los ocupantes del misterioso patrullero. Asuntos Internos pidió al fiscal Diego Molina Pico –“hace 25 días”, aclaró a Página/12 una fuente allegada al caso– que le remitiera fotocopias de la declaración de Casafús. Luego, A.I. pidió “la totalidad de la causa y más tarde el informe sobre los cruces telefónicos”. El fiscal sólo envió la declaración de Casafús.
Las fuentes señalaron que “además de Casafús, investigan a Degastaldi”, para saber si fue él quien envió el misterioso móvil policial. Los voceros aclararon que el patrullero tiene que ser de alguna comisaría cercana o del Comando de Patrullas, ya que la DDI de San Isidro “no tiene móviles” con esas características. De todos modos, puede que la orden emanara de Degastaldi hacia alguna dependencia de la DDI y por eso A.I. lo está investigando. El juez de la causa, Diego Barroetaveña, aclaró ayer que la supuesta conversación entre Casafús y Degastaldi no está confirmada en el expediente y que la policía recién comenzó a intervenir a partir del 30 de octubre. “Tiene que investigarse lo sucedido”, dijo el juez aludiendo a la causa central. Lo mismo está haciendo A.I. en el expediente interno. Ayer, el ministro Cafiero dijo que, en su opinión, Casafús “cumplió con lo que debía hacer” y le expresó todo su respaldo. El ministro dio por sentado que Casafús comunicó la novedad a Degastaldi, pero se ignora si el titular de la DDI de San Isidro fue quien envió el móvil que nunca llegó.