Jueves, 28 de octubre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › ROUSSEFF PARTICIPó EN UNO DE SUS úLTIMOS ACTOS DE CAMPAñA DE CARA A LOS COMICIOS DEL DOMINGO
Rousseff aventaja a su rival José Serra por 15 puntos. La candidata oficialista capta incluso al electorado evangélico, que le era esquivo después de que la oposición afirmara que la discípula de Lula apoyaba el aborto.
A tres días de la segunda vuelta para la presidencia de Brasil, las encuestas dicen que la candidata oficialista Dilma Rousseff superaría por más de quince puntos al opositor José Serra. En uno de sus últimos actos, la referente del Partido de los Trabajadores (PT) pidió que la voten como regalo para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ayer cumplió 65 años. El socialdemócrata Serra prometió continuar con las políticas del actual mandatario, pero advirtió que hará mayor énfasis en la industrialización del país.
Lula no festejó ayer un cumpleaños tradicional. Se enteró temprano del fallecimiento del ex presidente argentino y actual secretario general de la Unasur, Néstor Kirchner. Momentos después, hizo saber su pesar y ordenó tres días de luto. Pero antes de la noticia, Dilma Rousseff participó en uno de sus últimos actos de campaña. En Brasilia y ante nuevos ministros y funcionarios políticos, la ex jefa de Gabinete del presidente Da Silva afirmó: “Lula es el mejor gobernante que ha tenido Brasil. Por lo tanto, vamos a darle un regalo: conquiste más votos para Dilma”. La economista evitó caer en triunfalismos: “Todavía no se ganó nada, hay que mantener a la militancia movilizada”.
Las encuestas indican que Lula y su candidata podrán festejar en la noche del domingo, cuando se conozcan los resultados de los comicios. Según la encuestadora Sensus, Rousseff obtendría el 51,9 por ciento de los votos, mientras que Serra lograría el 36,7. Días antes, la consultora Datafolha había dicho que la economista cosecharía el 56 por ciento de los votos, mientras que el ex gobernador de San Pablo se haría con el 44 por ciento.
Lula salió a decir que, si el domingo ganara Serra, sería un retroceso para el gigante sudamericano. Además, el mandatario denunció que su delfín es víctima de “canalladas” de la oposición derechista, que sacó a relucir denuncias por presuntos casos de corrupción de sus allegados. De hecho, Serra evitó en su campaña proselitista apuntar contra Lula, que deja el Palacio del Planalto con el 83 por ciento de apoyo social. Los dardos del candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) estuvieron dirigidos contra Rousseff y contra el PT, al que tildó de organización con prácticas nazis y que apela sistemáticamente a las mentiras.
Serra prometió no modificar la política social y económica de Lula. “Aprendí en la vida que continuidad es responsabilidad y di continuidad a todo aquello que es de interés del pueblo”, afirmó ayer. El candidato del PSDB confirmó que, si resultara el domingo vencedor, mantendría la Bolsa familia y el plan de construcción de viviendas populares Mi Casa, Mi vida. Aunque añadió: “Brasil está sufriendo una desindustrialización y yo voy a cambiar esa política”. Según Serra, Rousseff sería la que trastrocaría el panorama. “Dilma encarna el regreso a un país exportador de alimentos, de materias primas, que está dejando de lado la industria”, alertó el referente derechista.
A pesar de los fantasmas de Serra, Rousseff sigue creciendo, aun en el electorado evangélico, que le era esquivo después de que la oposición afirmara que la candidata del PT apoyaba el aborto. De todas formas, Serra le sigue sacando ventaja entre los electores neopentecostales, que representan el 18 por ciento del padrón.
El voto religioso y ecológico había acompañado en la primera vuelta del 3 de octubre a la candidata del Partido Verde (PV), Marina Silva. La ex petista sorprendió en la primera vuelta porque obtuvo el 19 por ciento de apoyo, caudal que tanto Serra como Rousseff se disputaron en las últimas semanas. El PV se dividió frente al ballottage y Silva, que ya se proyecta como una figura en ascenso para las elecciones de 2014, afirmó que su país está pidiendo una “tercera vía” para superar la polarización existente entre el PT y el PSDB. En comunicación con Radio Caracol de Colombia, la ex ministra de Lula declaró: “El que gane deberá estar comprometido con mantener las conquistas sociales y la política económica y desarrollar el país en medio ambiente. Ese es el mayor desafío”.
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