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Y ahora, el golpe bailado
Después de más de 24 horas de danza ininterrumpida, la “bailoterapia” de los opositores del presidente venezolano Hugo Chávez terminó ayer a la noche. Hubo puestos de comida, bebidas y hasta de tatuajes y, en vez de dirigentes políticos, profesores de aeróbics que pedían a los gritos que nadie dejara de bailar (foto). La concentración bailó a lo largo de cuatro kilómetros de la principal autopista de Caracas en protesta por el fallo que anuló un referendo consultivo sobre la permanencia en el poder de Chávez. De todos modos, los opositores repitieron que el 2 de febrero harán el “firmazo” a favor de una reforma constitucional que adelante las elecciones. Mientras, desde Porto Alegre, Chávez volvió a declarar que se opone al plebiscito de febrero. “Quiero usar el artículo 350 de la Constitución para decir, de forma pacífica y con apoyo popular, que lo que quieren hacer conmigo es tiránico”, dijo el mandatario, que culpó a los medios de su país por la campaña contra su gobierno. Chávez, que participó del III Foro Social Mundial con un seminario sobre las “prácticas bolivarianas” de su gobierno, anunció la implantación de un control de precios.