Viernes, 28 de enero de 2011 | Hoy
EL MUNDO › EN TUNEZ, LA CENTRAL OBRERA “ACEPTA”, PERO NO APOYA
La central obrera aseguró que acepta la permanencia del primer ministro y de otros dos que estuvieron en el gobierno derrocado. Cinco se fueron del gabinete.
Túnez sigue cambiando, en medio de un clima social convulsionado. Pese a que grandes columnas de tunecinos se manifestaron en contra, los sectores políticos que integran el gobierno acordaron ratificar a Mohammed Ghanuchi en el puesto de primer ministro, cargo que ocupó durante 11 años en el gobierno de Zine el Abdine Ben Ali. La decisión fue acordada con la principal central sindical, la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT), uno de los impulsores de la Revolución de los Jazmines, que obligó a Ben Ali a dejar el poder tras 23 años y a abandonar el país. Tras su ratificación, el flamante funcionario anunció la nueva conformación del gabinete, del que aceptó separar a los funcionarios que habían trabajado con el ex presidente. Uno de ellos renunció horas antes de que Ghanuchi anunciara su retiro. Se trata del segundo intento de construcción de un gobierno provisional, luego de que la primera propuesta no lograra prosperar por divisiones internas.
“Las consultas con todos los partidos políticos y los representantes de la sociedad civil que aceptaron participar nos permitieron formar un gobierno cuya misión será organizar las elecciones para que el pueblo pueda elegir con total libertad”, declaró Ghanuchi, antes de anunciar los cambios. El flamante primer ministro de transición anunció que los ministerios de Interior, Defensa, Relaciones Exteriores y Finanzas ya no están en manos de los representantes del régimen derrocado. Además aseguró que el flamante gobierno se comprometió a que las elecciones sean organizadas bajo el control de una comisión independiente y en presencia de observadores internacionales para garantizar su transparencia.
Kamel Morjane, quien hasta ayer fue titular de la cartera de Relaciones Exteriores, presentó su renuncia de manera oficial horas antes de las declaraciones públicas de Ghanuchi. “Dimito por el interés de mi país”, aseguró.
El cambio en el gabinete era uno de los pilares fundamentales de las protestas de miles de tunecinos, que ayer continuaban concentrados frente a las oficinas de gobierno en la explanada de la Medina, en Sidi Buzid, lugar donde hace un mes empezó la revuelta. Sin embargo, el reclamo por un cambio en el gobierno también incluía el retiro de Ghanuchi. Allí, los manifestantes desfilaron al grito de “no al robo de la revolución” y siguieron bramando: “La revolución exige la suspensión de la Constitución, una Constituyente, la disolución del Parlamento y la conformación de un gobierno de salvación nacional”.
Más temprano, la poderosa UGTT ofreció una conferencia de prensa en la que explicó su postura frente a la permanencia de Ghanuchi y los cambios ministeriales. “Estamos de acuerdo con que Ghanuchi y otros dos ministros del gobierno de Ben Ali, sobre el total de siete, sigan en carteras técnicas”, expresó uno de sus dirigentes, Abid Briki. La venia del gremio fue para Mohamed Nuri Juini, a cargo del Ministerio de Planificación y Cooperación Regional, y para Mohamed Afif Shelbi, ministro de Industria y Tecnología.
“No apoyamos a Ghanuchi, pero lo aceptamos por la estabilidad del país”, remarcó otro dirigente sindical. Así, la UGTT negoció una salida consensuada luego de ser la principal impulsora de las manifestaciones en repudio a la presencia de funcionarios del antiguo régimen en el gobierno. Desde la salida de Ben Ali, la UGTT ejerció una gran presión por la remodelación del gabinete. Incluso dos de sus referentes renunciaron a formar parte del primer gabinete que intentó conformar Ghanuchi cuando el ex presidente huyó a Arabia Saudita.
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