Miércoles, 15 de junio de 2011 | Hoy
EL MUNDO › EL PRIMER DEBATE DE LOS PRECANDIDATOS REPUBLICANOS PARA 2012
Michele Bachmann, del Tea Party, y Mitt Romney parecen ser los que más se destacaron en la noche del lunes. Todos los que debatieron apuntaron los dardos contra la política económica del gobierno de Obama, así como a la reforma sanitaria.
Por David Usborne *
Impulsados por los indicios de que es improbable que mejore la recuperación de Estados Unidos en la carrera presidencial del año que viene, siete optimistas republicanos aprovecharon la oportunidad de un primer debate televisivo en New Hampshire para arremeter contra el presidente Obama por manejar mal la política económica. “El presidente fracasó y lo hizo en un momento en que el pueblo estadounidense contaba con él para crear empleos y que hiciera crecer la economía”, declaró Mitt Romney, el ex gobernador de Ma-ssachusetts y empresario ejecutivo con antecedentes de dar un vuelco a favor a negocios tambaleantes. El y la fundadora del Tea Party en el Capitolio, la congresista Michele Bachmann, de Minnesota, pueden haber sido los que se destacaron en el debate del lunes a la noche.
Bachmann dijo que el “boletín de Obama tienen ahora un gran aplazo”. Usó el debate para anunciar su intención de postularse para la nominación republicana. Ingeniosa en el escenario, puede resultar una persuasiva competidora en los meses por venir, aunque sus credenciales son pobres para poder convertirse en la próxima comandante en jefe de Estados Unidos. El debate del lunes, emitido por CNN, mostró un primer pantallazo de lo que Obama tendrá que enfrentar. Al unísono, los candidatos lo atacaron por haber salido a rescatar a Wall Street y la industria automotriz, por poner la intervención del gobierno por encima de las innovaciones del sector privado y, por sobre todo, por su revisión del sistema de salud, al que todos prometieron revocar.
Aunque los siete ante las cámaras de televisión puedan preferir que fuera distinto, es improbable que el campo republicano ya esté armado. Jon Huntsman, un ex gobernador de Utah quien era hasta hace poco el embajador de Obama en China, va a anunciar su candidatura en poco tiempo, dijeron los informes anoche. Y todavía está la incógnita de Sarah Palin, la compañera de fórmula de John McCain en la última elección. Bachmann puede ser ahora un obstáculo para que ella entre en la carrera. Ambas esperan asegurarse el ala evangélica del Tea Party del partido. Algunos activistas de base también están presionando para que se sume a la carrera el gobernador de Texas, Rick Perry.
La buena noticia para Obama es que de aquellos que ya oficializaron su candidatura, ninguno despertó la imaginación del pueblo. Romney puede haberse posicionado como el favorito en el escenario el lunes a la noche, pero no la tiene ganada. Primero, porque éste sería su segundo intento para llegar a la Casa Blanca y también porque los conservadores nunca pudieron perdonarle que incorporara un esquema del sistema de salud en Massachusetts que era parcialmente una copia de lo que Obama y los demócratas aprobaron nacionalmente.
Sin embargo, Obama, quien ayer cortejó al voto hispano al convertirse en el primer presidente en funciones en 50 años que visita Puerto Rico (ver recuadro), relativizará las opiniones en contra. Ningún presidente en ejercicio desde la Segunda Guerra Mundial ganó una reelección con una tasa de desempleo nacional por encima del 7,2 por ciento. Y la tasa hoy es de 9,1 por ciento. “La presión para que surja con algo es cada vez más fuerte, pero los números en los dos últimos meses no han sido buenos”, dijo el profesor Jeremy Mayer, de la Facultad de Política Pública de la Universidad George Mason.
Newt Gingrich, el ex presidente de la Cámara baja, obtuvo gran atención. La semana pasado vio cómo se desmoronaba el fondo de su campaña con la renuncia masiva de sus principales asesores. Se unió a los otros republicanos concentrando la mayor parte de su fuego sobre el mandatario de la Casa Blanca. La nación necesita un “nuevo presidente para poner fin a la depresión de Obama”, dijo. También bajo el microscopio estaba Tim Pawlenty, el ex gobernador de Minnesota, quien ha estado tratando de posicionarse como una alternativa creíble a Romney. En la víspera del debate, acusó a Romney de ser el padre de las reformas del sistema de salud de Obama y lo llamó “Obamaneycare” (Obama + Romney + Medicare). Pero en el escenario del debate se abstuvo de repetir la cita.
Los republicanos presentes hicieron poco para mejorar sus oportunidades, como Ron Paul, congresista de Texas y Rick Santorum, ex senador cuyo conservadurismo lo hace inaceptable para los moderados. Y el ejecutivo de una cadena de pizzas, Henen Cain, que dijo que no tendría a un musulmán en su gabinete aunque “hay musulmanes pacíficos y están aquellos que están tratando de matarnos”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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