Miércoles, 15 de junio de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › MáS DE MIL POBLADORES YA SE FUERON DE VILLA LA ANGOSTURA
La ceniza sigue cayendo, ahora más fina. Salvo los empleados del Estado, nadie puede trabajar y algunos optan por trabajos solidarios. Los que tienen posibilidades de irse se marcharon hasta que la emergencia pase.
Por Emilio Ruchansky
Ya son más de mil las personas que dejaron transitoriamente Villa La Angostura, una localidad neuquina de 12 mil habitantes, donde la lluvia de cenizas emanadas del volcán Puyehue cambia de intensidad pero nunca se detiene. “Soporté cuatro días y me vine con mi hija a Buenos Aires. Mis amigas me llaman llorando, están sin luz y nada de agua. Y hay poca comida. Van de casa en casa para ver si pueden bañar a los chicos”, relató anoche Mariela Scudemi, una comerciante local. Ayer, la lluvia de cenizas fue incesante en el sur de Neuquén, Bariloche y alrededores. “Esta vez la ceniza es más fina, como talco. Y es peor, porque queda suspendida en el aire y hay menos visibilidad en la ruta”, detalló anoche Gastón Maggio, pareja de Scudemi y comerciante como ella, que se quedó en esa localidad neuquina, donde oficia de voluntario.
“Los problemas con la electricidad en Villa La Angostura tienen que ver con la acumulación de ceniza en las terminales, que se abastecen de fuel oil. Hubo cortocicuitos y a veces tenemos que cerrarlas para limpiarlas. El agua se saca por bombeo, así que cada corte imposibilita la extracción”, explicó ayer una fuente del gobierno neuquino. Esa limpieza, agregó, se hace con agua expulsada a presión desde las autobombas traídas por los bomberos. En esos dos pueblos y en Bariloche no hubo clases en la mayoría de los colegios por la suspensión de cenizas en el aire.
Desde el Ente Provincial de Energía de Neuquén (EPEN) informaron que ayer se aplicaron cortes programados en Piedra del Aguila y las ciudades de San Martín y Junín de los Andes. “Además de las acciones de atención de la emergencia en la zona crítica de Villa La Angostura y Traful, se desarrolla un plan de acción de tareas de mantenimiento preventivo en todas las instalaciones”, confirmaron. El agua en estas poblaciones llega en bidones, botellas y, cuando no se corta la luz, en camiones cisterna.
Además de 150 oficiales del Ejército, 50 gendarmes y 70 policías provinciales adicionales, hay 200 voluntarios en Villa La Angostura. “Acá, el que no es empleado público no tiene en qué trabajar, así que muchos optamos por ayudar”, aseguró Maggio, quien regentea un local de una compañía de celulares en esa ciudad, a 37 kilómetros del volcán chileno Puyehue. Este comerciante se dedicó ayer a recorrer ríos y arroyos en busca de lugares donde se acumula agua y ceniza, conocido como “lahares”. “Estuvimos apuntalando los márgenes para evitar aludes”, dijo.
Mientras tanto, muchas personas relacionadas con la actividad turística o el comercio en La Angostura y en otros pueblos cercanos continúan yéndose ante el alerta rojo declarado por el gobierno local, que sólo se interrumpió el domingo pasado, cuando hubo elecciones. Mariela Scudemi, quien maneja dos paradores náuticos allí, aseguró a este diario que las cenizas y la poca luz del otoño conspiran contra el ánimo general. “Se vive a oscuras. Los que tenemos un buen pasar económico nos fuimos y podemos bancarnos un tiempo, pero los que viven al día con su sueldo están desesperados. Viven en un caos de urgencia permanente”, señaló.
Como la zona afectada por las cenizas involucra territorios de Neuquén pero también de Río Negro y Chubut, ayer se conformó una Mesa de Emergencia con las tres provincias para “establecer los daños y la ayuda que se brindará teniendo contacto directo con los organismos nacionales”, informó el secretario de Producción de Río Negro, Daniel Lavayón. Las autoridades de Bariloche, la ciudad más afectada de esa provincia, anunciaron el despliegue de un programa de emergencia en alrededor de 200 viviendas de los barrios más castigados, que será sustentado con el aporte de materiales y alimentos del gobierno nacional.
A diferencia de las localidades del sur de Neuquén, el agua de red funciona en Bariloche y es totalmente potable, aunque presente material inorgánico, destacaron desde el municipio de esa ciudad. Además, insistieron en que las cenizas no son nocivas y citaron el informe de la sede local de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Liliana Mogni, quien participó del estudio, detalló: “No se detectaron sustancias como azufre o arsénico, tampoco cristobalita, que es una de las fracciones más nocivas causando problemas pulmonares y respiratorios”.
En Villa La Angostura había 40 centímetros de polvo en las calles, según calculó Gastón Maggio, quien reclamó más máquinas para reemplazar el trabajo manual y agotador de remover las cenizas. Su esposa, en Buenos Aires, pensaba anoche en el futuro de sus empleados: “Nadie decretó la emergencia social y económica. Los comerciantes estamos desconcertados”.
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