Sábado, 18 de febrero de 2012 | Hoy
EL MUNDO › LOS EXAMENES PRACTICADOS TARDARAN DE CUATRO A SEIS SEMANAS
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue dado de alta ayer, luego de terminar el tratamiento de radioterapia y quimioterapia contra un cáncer de laringe, detectado el 29 de octubre del año pasado.
Lula, de 66 años, pasó la última semana bajo tratamiento de rayos en el Hospital Sirio Libanés de San Pablo. “Deberá permanecer en casa y esperar de cuatro a seis semanas para exámenes definitivos sobre su tratamiento”, dijo el portavoz del líder del Partido de los Trabajadores (PT). El plazo es necesario ya que, en ese período, la radiación continúa actuando en el organismo.
El ex mandatario realizará el proceso de recuperación en su residencia, donde recibirá asistencia de fonoaudiología y fisioterapia, destacó el comunicado médico. El fin de semana pasado, el oncólogo Artur Katz, integrante del equipo médico de Lula, había informado a la prensa local que una tomografía mostró que el tumor en la laringe habría desaparecido.
“Desde el punto de vista tomográfico, no se ve más el tumor”, afirmó Katz al diario Folha de Sao Paulo, al destacar que el diagnóstico de cura completa sólo puede ser confirmado con una endoscopia al terminar la radioterapia. El Hospital Sirio Libanés recomendó en un comunicado que Lula no participara de los desfiles de Carnaval, donde una escuela de samba, Gavioes da Fiel, de Corinthians, lo homenajeará en el Sambódromo de San Pablo en la madrugada del domingo narrando la historia de su vida como tema de la fiesta. “Los médicos recomiendan que el paciente permanezca en reposo este fin de semana y que no participe del desfile de Carnaval”, decía el boletín. Según el ministro de Salud, Alexandre Padilha –quien visitó a Lula–, el paciente acatará. “A él le encantaría ir a desfilar a Gavioes da Fiel, pero los médicos le recomiendan que no lo haga. Como paciente disciplinado, él no asistirá”, confirmó el ministro. Guido Mantega, de Hacienda, también estuvo con el ex presidente en el hospital ayer.
La semana pasada una tomografía indicó la ausencia de células cancerígenas en la laringe. Lula ingresó en el Hospital Sirio Libanés el sábado pasado, a raíz de la fatiga que sintió por el tratamiento de radioterapia. En el mismo centro médico se atendieron y superaron el cáncer linfático el presidente paraguayo, Fernando Lugo, y la actual mandataria de Brasil, Dilma Rousseff.
Antes del efecto de la quimioterapia, la esposa de Lula, Marisa Leticia Rocco, le afeitó el cabello y la barba, el símbolo de la historia sindical y política del fundador del PT y primer obrero presidente de la mayor economía latinoamericana.
El ex presidente finalizó en diciembre las sesiones de quimioterapia y entonces sus médicos afirmaron que el tumor canceroso se redujo en un 75 por ciento, descartando la opción quirúrgica.
Según Padilha, a partir de ahora el líder del PT adoptará un estilo de vida más disciplinado en relación con su salud. “El presidente (sic) se realizará los chequeos como cualquier persona”, dijo Padilha tras conversar con él durante una hora. Además de los factores genéticos, el tabaquismo pudo haber sido una de las causas del desarrollo del tumor. Lula dejó de fumar hace tan sólo dos años.
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