El dirigente socialista griego George Papandreu renunció ayer a sus funciones al frente del Pasok, para permitir que este partido pueda escoger a un sucesor antes de las próximas elecciones anticipadas. “Llegó el momento de llevar mi lucha a otros escenarios”, dijo Papandreu, quien ya había presentado su dimisión como primer ministro en noviembre pasado, para dar lugar a la formación de un gobierno de coalición en la lucha contra la crisis de la deuda.

“He tomado algunas decisiones difíciles. Eso me ha costado caro, pero políticamente valió la pena”, dijo Papandreu, quien fue intensamente aplaudido durante una reunión de su partido.

El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, podría suceder a Papandreu hasta que el Partido Socialista escoja a un nuevo líder, el 18 de marzo. Según recientes sondeos, el Pasok sufrirá una clara derrota en las próximas elecciones y podría alcanzar su menor nivel en sus 37 años de historia. “La batalla comienza ahora”, dijo Venizelos luego del anuncio de Papandreu. “Nuestra misión es muy difícil, porque se trata de reconstruir Grecia”, dijo el ministro de 54 años, quien había aspirado sin éxito a dirigir el partido en 2007. “Queremos la victoria, queremos cambiar la tendencia de las urnas”, añadió.

El discurso de Venizelos en la reunión del Pasok fue interrumpido por una protesta. Un jubilado se precipitó sobre el ministro y le arrojó yogur. Ataques similares contra políticos y altos funcionarios se multiplicaron en los últimos meses, dejando al descubierto la exasperación creciente de la población ante la elite dominante. Los socialistas llegaron al poder en 2009 y tuvieron que enfrentarse un año más tarde al riesgo concreto de la bancarrota del Estado griego.