Los militares de Brasil eligieron como escenario de combate la arena de las palabras. La pelea comenzó a ventilarse cuando un sector castrense criticó a la ministra de Derechos Humanos, Maria do Rosario, y a la titular de la cartera de Políticas para la Mujer, Eleonora Menicucci. Ambas mandatarias fueron puestas en la mira por pronunciarse a favor de la derogación de la Ley de Amnistía. Rosario y Menicucci reprocharon a los Clubes Militares por las censuras dirigidas hacia la presidenta Dilma Rousseff. Los ex uniformados también desconocen la autoridad del ministro de Defensa. Es que Celso Amorin obligó a los presidentes de los clubes militares a publicar un texto desautorizando el manifiesto, finalmente retirado del sitio web donde había sido publicado. Otro grupo de militares, en cambio, salió a rechazar el documento elaborado por quienes pretenden detener el avance de la Justicia en la investigación de los crímenes cometidos por la dictadura.

Uno de los dos textos, redactado por los capitanes de mar y guerra, Luiz Carlos de Souza y Fernando Santa Rosa, cosechó el apoyo de militares como el brigadier Rui Moreira Lima, de 93 años. El ex piloto de la Fuerza Aérea y otros compañeros de armas no estaban de acuerdo con la intervención del gobierno en los Clubes Militares. Argumentan que los retirados tienen derecho a manifestarse. Sin embargo, Lima reconoce que la Comisión de la Verdad es necesaria “no para penar, sino para dejar satisfecho a todo el mundo y a los brasileños en los actos de personas que, por práctica de tortura, violaron las normas y los más altos valores militares”.

Según el profesor de la Universidad Estadual Paulista, Paulo Cunha, muchos oficiales retirados –entre ellos, generales– consideran que el gobierno fue poco hábil para resolver el caso de los textos difundidos por los Clubes Militares. “Ese nuevo manifiesto muestra que el Club Militar no es una entidad monolítica, hay voces discordantes”, señaló el académico. Para Santa Rosa, la fuerza detrás del documento opositor al gobierno de Rousseff son “los fascistas, los que extrañan la dictadura”. Criticó, además, lo que califica como “comportamiento irrespetuoso, inaceptable en la vida militar”, que configuraría “una insubordinación, incumplimiento de jerarquía”.

El manifiesto de los capitanes señala que “el verdadero régimen democrático es el que estamos viviendo” y no el de los gobiernos militares. “Torturadores que no respondieron a ningún juicio se encuentran amnistiados, se mantuvieron en sus carreras evadiendo –administrativa o judicialmente– el reconocimiento de esa condición, a diferencia de aquéllos –sus víctimas– que hasta el día de hoy están exigiendo en tribunales para que se les reconozcan sus derechos”, agrega. Desde el sector de los insubordinados, el ex analista del Centro de Información del Ejército y líder del manifiesto de los militares retirados que critican al gobierno, el general retirado Marco Antonio Felício, condenó la decisión de la Fiscalía General de denunciar en la Justicia de Marabú al coronel retirado del ejército, Sebastiao Curi Rodrigues de Moura, por el secuestro calificado de cinco personas en la guerrilla de Araguaia. “No conozco el hecho que dio lugar a la denuncia y pienso que no ha sucedido. Pero si el Ministerio Público Fiscal continúa con la denuncia caerá en el vacío, porque la Ley de Amnistía es amplia y sin restricciones”, anticipó el general.