Miércoles, 25 de abril de 2012 | Hoy
EL MUNDO › LA JUSTICIA CHILENA QUIERE DETERMINAR EL PATRIMONIO REAL DEL DICTADOR
Por Christian Palma
Desde Santiago
El dictador Augusto Pinochet murió hace más de cinco años y su funesta bitácora aparece cada vez menos en la prensa. Sin embargo, de tarde en tarde el siniestro apellido les recuerda a los chilenos que su terrible legado está aún lejos de desaparecer. A las 9 de la mañana de hoy (hora chilena) se develará el testamento del genocida, a instancias de la titular del Tercer Juzgado Civil de Santiago, Soledad Araneda.
A la diligencia sólo podrán asistir el notario Eduardo Avello y los dos testigos presentes el día en que el fallecido militar lo firmó en su casa del acomodado sector de La Dehesa, en Santiago, Jorge Aguilera y Carmen Carmona, sus amigos personales. Según un matutino local que reveló la noticia, Pinochet en 2005 –cuando su fortuna ya era investigada en el marco del llamado Caso Riggs– modificó su anterior testamento del año 2000, el que constaba de tres carillas y está guardado en una notaría. Según trascendió, las propiedades que figuran en el documento son una casa en el exclusivo barrio de Lo Barnechea, un campo en Quintero, ciudad costera, la casa cordillerana de El Melocotón (cerca de donde sufrió un atentado en 1986) y departamentos en lugares lujosos de Reñaca, Iquique, Valparaíso y Vitacura y tres vehículos. Sin embargo, todos los inmuebles están embargados en el marco del Caso Riggs, que le costó a Pinochet ser desaforado por malversación de caudales públicos provenientes del uso de gastos reservados, lo que se estimó en dos millones de dólares.
Junto a ello, la familia de Pinochet está impedida de mover otros 2,6 millones de dólares depositados en el Banco de Chile y otros varios millones más en el BankBoston. Según El Mercurio, estos montos son los que el Consejo de Defensa del Estado (CDE) quiere recuperar, razón por la cual solicitó la apertura del testamento para determinar cuál es el patrimonio real y quiénes son los herederos para demandar responsabilidades.
Hace dos años, el Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información de la Universidad de Chile entregó al ministro Manuel Antonio Valderrama –quien investiga el caso– la auditoría contable a los fondos de Pinochet que se calculan en 21 millones de dólares. De ellos, 17 millones no están justificados y se desconoce su origen. Otra auditoría realizada por el perito de la familia, Gonzalo Marín, determinó que el patrimonio de Pinochet era de “apenas” 7,4 millones de dólares.
Según la publicación, la familia Pinochet no quería abrir el testamento debido a que los bienes están embargados. Esperaban demostrar que el origen de los dineros y de los bienes es lícito. Un mes después de la muerte del dictador, el notario Humberto Quezada confirmaba que el documento fue redactado por Pinochet en el año 2000, tras regresar a Santiago luego de permanecer 503 días bajo arresto domiciliario en Londres por orden de la Justicia española, que quería enjuiciarlo por violaciones a los derechos humanos. “Para abrir un testamento como el que yo tengo es necesario que un juez lo pida, no es llegar y pedirme hora para que yo le entregue el sobre a algún familiar”, aclaró Quezada en la oportunidad. “Nadie de la familia ni del entorno más cercano me ha contactado para pedirme nada ni para avisarme que se acerca el momento de abrir el testamento”, agregó en el 2007.
En esa fecha, la familia Pinochet negó que se estuviera discutiendo la herencia, mientras que el director de la Fundación Pinochet, el general retirado Luis Cortés, aseguraba que el militar “era muy reservado, dudo que le haya contado algo a alguien sobre el futuro de sus bienes. Ni siquiera a su familia, no me lo imagino. El era muy reservado en todos los temas, a veces había que adivinar lo que pensaba sobre algunas cosas, leyendo sus gestos”.
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