El banquero que había sido designado ministro de Finanzas de Grecia renunció ayer por problemas de salud, tres días después de ser nombrado e incluso antes de asumir su cargo, en otro hecho que se espera demore aún más una serie de decisiones europeas sobre la crisis griega. El primer ministro Antonis Samaras aceptó la dimisión de Vassilis Rapanos, quien está internado desde el viernes pasado, apenas horas después de que el premier mismo fuera dado de alta de otro hospital luego de ser operado de un ojo tras sufrir un desprendimiento de retina el fin de semana.

Los problemas de salud de un gobierno formado hace tan sólo cinco días ya alteraron el agitado calendario que tenía por delante la coalición que lidera el conservador Samaras, que pide un alivio en algunas de las condiciones impuestas a la endeudada Grecia por parte de sus acreedores de la Unión Europea (UE) y el FMI. En concreto, una misión de inspectores del FMI y la UE anunció que pospondrá una visita a Atenas que estaba prevista para ayer, mientras que, por otro lado, Alemania anticipó que no deberán esperarse decisiones importantes sobre Grecia en una cumbre de líderes europeos que se celebrará el jueves y viernes próximos.

Rapanos, presidente del Banco Nacional de Grecia, había sido designado ministro de Finanzas la semana pasada luego de que tres partidos pro-rescate, entre ellos Nueva Democracia (ND), de Samaras, formaran finalmente un gobierno tras las elecciones del 17 de junio pasado. El Hospital Hygeia dijo que Rapanos estaba mejorando y que se esperaba un alta médica para hoy, aunque no dio detalles sobre su padecimiento. “El incidente reciente que condujo a mi ingreso al hospital muestra que mi problema de salud no ha sido superado por completo”, dijo Rapanos en su carta de renuncia, difundida por la oficina de Samaras.

Una serie de consultas con profesionales médicos le permitió arribar a la conclusión de que “mi situación de salud, hoy por hoy, no me permitiría ejercitar mis tareas plena y eficientemente”, agregó en la carta. La oficina de Samaras no explicó cuándo se nombrará un reemplazante. Como el ahora renunciante banquero todavía no había jurado su cargo, el ministro de Finanzas saliente, Giorgos Zanias, uno de los negociadores clave de los rescates europeos para Grecia, todavía tiene el puesto.

El propio Samaras deberá quedarse en su casa haciendo reposo varios días y no podrá viajar a la cumbre de líderes de la UE en Bruselas, aunque sí podrá mantener encuentros en su residencia. La cumbre europea llegará en la semana siguiente a la formación de la nueva coalición griega, que se constituyó luego de meses de incertidumbre política y de dos elecciones en las que ningún partido sacó los votos como para gobernar solo, por lo que fueron necesarias conversaciones para armas una alianza de gobierno.

Se esperaba que en la cumbre surgiera alguna respuesta a un deseo del flamante gobierno griego de renegociar los términos de algunas de las medidas de ajuste y reformas neoliberales exigidas a Atenas a cambio de los dos rescates por unos 240.000 millones de euros que el país recibió desde 2010 para evitar su default.

Pero la salud de Samaras y de Rapanos forzó la cancelación de la visita de los inspectores de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI), que tenían previsto hacer una evaluación profesional del estado de las finanzas griegas. Sin ese informe de la troika sobre la marcha de las reformas exigidas a Grecia por sus acreedores externos, Alemania dijo ayer que resultaría prematuro esperar decisiones importantes sobre el caso griego esta semana. Grecia igual estará presente en la cumbre de la UE, ya que el gobierno anunció que enviará una delegación que incluye a Zanias, pero que estará encabezada por el veterano presidente Karolos Papoulias.