Martes, 3 de julio de 2012 | Hoy
EL MUNDO › LOS CARTELES SE PELEAN POR EL CONTROL DE LA RUTA DE LA DROGA
En su primer mensaje al país, Peña Nieto dijo: “Que quede claro: frente al crimen organizado no habrá ni pacto ni tregua”. El cartel de Sinaloa del Chapo Guzmán controla prácticamente 25 de los 32 estados de México.
Por Eduardo Febbro
Crimen, narcotráfico y leyenda. “Voy a cantar unos versos / que le compuse a un amigo / no puedo darle su nombre, / mucho menos apelativos / todos le dicen El Chapo / así es reconocido.” La letra del corrido mexicano, interpretado por el trío Los Alteños de la Sierra, oriundo de Sinaloa, narra la leyenda de quien se ha convertido en el jefe de la organización criminal más importante del continente: Joaquim Guzmán Loera, alias El Chapo, jefe del cartel de Sinaloa. Su nombre, en Ciudad de México, se pronuncia en voz baja, muchas veces con admiración y siempre con respeto. Su historia es una acumulación de capítulos alucinantes que hicieron de él el más sobresaliente y poderoso de los capos del narcotráfico. Ni hoy, ni ayer, nadie alcanzó tanta fama, tanto poder, tanta fortuna y tanta libertad. La revista Forbes que clasifica a los multimillonarios del mundo le asignó un lugar destacado entre las grandes fortunas del planeta. En apenas un año, de 2010 a 2011, El Chapo pasó de la posición 60 a la 55 en la lista de Forbes. Joaquim Guzmán Loera será, sin dudas, uno de los primeros problemas que tendrá que enfrentar el presidente electo Enrique Peña Nieto. En su primer mensaje al país, Peña Nieto dijo: “Que quede claro: frente al crimen organizado no habrá ni pacto ni tregua”. Resulta difícil adivinar cómo se podría poner término al reinado de un hombre cuya organización controla prácticamente 25 de los 32 estados de que consta México.
Joaquim Guzmán Loera, El Chapo, saltó a la fama mundial cuando fue detenido en 1993. En 2001 logró fugarse de la cárcel de Puente Grande en Jalisco y desde entonces consolidó un imperio que superó al que había constituido el narcotraficante colombiano Pablo Escobar. Según la DEA norteamericana, El Chapo vende más droga que la que Escobar vendía en el momento más elevado de su carrera. El Chapo nació en 1957 en un pueblo llamado La Tuna, en la Sierra Madre Occidental. Estudió hasta el tercer grado y en los años ’80 se unió al cartel de Guadalajara, que era dirigido por un ex policía, Miguel Angel Félix Gallardo, conocido como El Padrino. Gallardo, que fue mentor de Guzmán, tenía un apodo convincente: “Capo de Capos”. Pero El Chapo lo superó. Lo mismo hizo con “El Señor de los Cielos”, Amado Carrillo Fuentes, el jefe del cartel de Juárez. Los especialistas mexicanos destacan que El Chapo acrecentó su reinado con la llegada al poder del Partido Acción Nacional, el PAN. El movimiento panista desalojó del poder al PRI tras 70 años de poder ininterrumpido. El PAN ganó las elecciones presidenciales del año 2000 (con Vicente Fox) y en 2006 (con Felipe Calderón). Apenas se fugó en 2001, El Chapo organizó una cumbre de “capos” con el objetivo de expandir el cartel de Sinaloa a través de todo México. El punto central consistió en terminar con el dominio de la familia Carrillo Fuentes, aplastar el cartel de Tijuana y borrar del mapa al grupo armado conocido como Los Zetas, una emanación del cartel del Golfo dirigido por Osiel Cárdenas Guillén (quien fue extraditado a Estados Unidos en 2007 luego de su captura en 2003).
Guzmán era ya un jefe con mucho poder cuando fue detenido en 1993. En esos tiempos, El Chapo tenía 27 cuentas bancarias, tres aviones para ejecutivos y decenas de empresas. El cartel de Sinaloa cuenta hoy con ramificaciones en todas las direcciones. La DEA norteamericana y la Procuraduría General de la República de México (PGR) dan cuenta de que la “narco-empresa” de Guzmán es una estructura “horizontal” que se asoció con otras familias y carteles para asentar su poder. Desde 2005, el cartel de Sinaloa controla todo el transporte de la droga desde Colombia hasta México. Según informes de la DEA y la PRG mexicana, El Chapo supervisa la droga proveniente de la Argentina, Uruguay, Paraguay y Colombia. Los mismos organismos señalaron que El Chapo supo vivir un tiempo en la Argentina y que en los últimos años expandió sus empresas a España y Gran Bretaña. La violencia que azotó a México en los últimos seis años le debe mucho a la guerra entre los diferentes carteles por el control de las rutas de la droga. A Arturo Beltrán Leyva lo llamaban “La Muerte”. Era uno de los narcos más buscados y cayó muerto en 2009, durante un enfrentamiento con la marina mexicana. Los Leyva son un clan de tres hermanos: Arturo, Héctor y Alfredo. En un momento, los hermanos Leyva pusieron a sus sicarios –Los Pelones y Los Güeros– al servicio de El Chapo. Pero los hermanos acusaron a El Chapo de “traidor” cuando Alfredo Beltrán Leyva fue detenido. A partir de allí empezó una de las guerras más cruentas entre narcotraficantes. Los aliados de antes se volvieron enemigos. Los Leyva forjaron una alianza con el cartel del Golfo y su brazo armado Los Zetas para disputar el control del tráfico de drogas a la llamada Federación, el grupo de narco-organizaciones bajo el mando de El Chapo Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada.
Ninguna autoridad lo alcanza. El Chapo gozó de tal protección que solía pasearse en moto por las calles de la ciudad de Durango. Las cámaras de seguridad de Durango lo captaron en varias ocasiones y esas imágenes sirvieron para constatar que El Chapo había recurrido a la cirugía plástica. Como dice el corrido de Los Alteños de la Sierra: “Ya con ésta me despido / ya lo dice aquel refrán / no hay Chapo que no sea bravo / no se vayan a enredar / y al que no le guste esto / que no lo vaya anunciar”.
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