EL PAíS › HOY EMPIEZA EL JUICIO POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD EN SAN NICOLáS

Un primer día de justicia

El proceso reúne tres causas, entre ellas la masacre de la calle Juan B. Justo, cuyo único sobreviviente, Manuel Gonçalves, es uno de los querellantes. Los imputados son Manuel Saint Amant, Antonio Bossie y Jorge Muñoz. Habrá una caravana de organismos.

 Por Sonia Tessa

Desde Rosario

“Juicio y castigo a genocidas, 7 kilómetros”, dirá el cartel azul, símil a uno de tránsito, que se instalará hoy, a las 8.30, en la entrada de Rosario por la autopista a Buenos Aires. Desde allí, a esa hora, partirá una ruidosa y colorida caravana del espacio Juicio y Castigo, con personas llegadas desde San Nicolás, Paraná, Ramallo, Capital Federal y otros lugares del país para presenciar el inicio del primer juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en la ciudad de San Nicolás, ya que la ciudad del norte bonaerense corresponde a la jurisdicción de la Justicia federal rosarina. El proceso comenzará a las 9.30 en los Tribunales Federales de Rosario. Los imputados son el coronel Manuel Fernando Saint Amant, que fue jefe del área militar 132 del Primer Cuerpo de Ejército, Antonio Federico Bossie, que era mayor de la misma área, y Jorge Muñoz, que fue jefe de la delegación de la Policía Federal en San Nicolás. El proceso acumula tres causas: la más conocida es la de la masacre de la calle Juan B. Justo, ocurrida el 19 de noviembre de 1976, donde fuerzas policiales y militares asesinaron a cinco personas (entre ellas, dos niños de 3 y 5 años) y que tiene como único sobreviviente a uno de los querellantes, Manuel Gonçalves Granada, entonces de cinco meses, que fue escondido en un placard, envuelto en un colchón, por su madre, Ana del Carmen Granada, de 23 años, asesinada al igual que Omar Amestoy y María del Carmen Fettolini, junto a sus hijos Fernando y María Eugenia.

Por las otras dos causas sólo está imputado Saint Amant, como responsable de las desapariciones forzadas, entre abril y mayo de 1977, de María Regina Spotti, María Rosa Baronio, Eduardo Luis Reale, María Cristina Alvira y Rosa Raquel Alvira, Horacio Arístides Martínez y Carlos Fernando Alvira. También se juzgará la privación ilegal de la libertad de José Emilio Mastrobernardino, en abril de 1977.

El Tribunal Oral Federal número 2, integrado por Omar Digerónimo, Beatriz Caballero de Barabani y Jorge Venegas Echagüe, será responsable del juicio, y la acusación pública estará a cargo de Adriana Saccone junto al fiscal de San Nicolás, Juan Murray. La querella la integran Ana Oberlin, Lucas Ciarnello y Alvaro Baella, abogados de la agrupación Hijos, en representación de Manuel Gonçalves Granada y Alfredo Amestoy, como también de Víctor Almada (esposo de Spotti), Fernando y Adriana Alvira y Beatriz Baronio, hermana de María Rosa. También la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación será querellante, representada por Carolina Ibáñez. El juicio tendrá setenta testigos, y el tribunal se trasladará a San Nicolás a escucharlos cuando sean de esa ciudad.

“No lo veo como una cuestión personalísima. Que se termine la impunidad es mejor para todos”, expresó Manuel Gonçalves Granada, en una jornada que se realizó el sábado pasado en la Escuela de Bellas Artes de San Nicolás, en el marco del programa Memoria en Movimiento. Consultado por estudiantes secundarios, Gonçalves, el único nieto recuperado que forma parte de la comisión directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, confesó también: “Muchas veces me pregunté por qué yo sobreviví a esa masacre, y pienso que fue por muchísimas razones, algunas azarosas, pero ahora que está por realizarse el juicio, me parece que esto le da un sentido a haber sobrevivido”. De la jornada participó José María Budassi, más conocido por sus compañeros como el Cholo, quien será testigo en la causa después de 35 años de bregar por la memoria en su ciudad. Contó que fue el 11 de octubre de 1985, en la primera jornada que realizaron en esa ciudad con el Grupo de Base por los Derechos Humanos, cuando escuchó hablar del bebé que había sobrevivido en la masacre de la calle Juan B. Justo. Ese bebé es Manuel, que entonces tenía 8 años y conoció su verdadera identidad recién a los 19. Por la apropiación de Manuel está en curso otra causa, que no forma parte del juicio oral y público de hoy. En esa causa está acusado el ex juez de menores de San Nicolás Juan Carlos Marchetti, que lo entregó sin buscar a su familia. Durante la jornada del sábado, Budassi le regaló a Manuel algo que guardó durante 26 años: el volante de aquella actividad, que contó con la presencia de Abuelas, en la que una vecina se acercó a contarle sobre su existencia.

La abogada Ana Oberlin, que también participó de la jornada, lamentó que sólo hayan llegado al banquillo de los acusados tres de los máximos responsables de la masacre, y únicamente Saint Amant por los otros hechos, ya que otros acusados fueron muriendo. “Hay una especie de impunidad biológica”, dijo Oberlin, quien recordó que Saint Amant, máximo responsable de la represión en San Nicolás, recurrió al artilugio de declararse incapaz para enfrentar un juicio, con la anuencia del Cuerpo Médico Forense. Justamente, la querella pidió una nueva evaluación médica, a cargo de peritos imparciales, integrantes de asociaciones profesionales, y pudo establecerse que el acusado está en perfectas condiciones de afrontar el proceso. El juicio tenía como fecha de inicio el 29 de agosto del año pasado, pero se pospuso por la demora en resolver la causa Díaz Bessone. Hoy será un día de justicia para muchos que, como Budassi, esperaron 35 años.

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