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Más de 50 personas murieron hoy en dos atentados en Irak, que tuvieron como objetivo la comunidad chiíta, en vísperas de una de las más importantes festividades de esa confesión, el aniversario del nacimiento del duodécimo imán, El Mahdi. El más grave de los atentados fue cometido con un camión bomba en Diwaniya, donde fueron 40 las víctimas mortales y 70 los heridos, informaron fuentes de las fuerzas de seguridad. El camión cargado de explosivos fue colocado en el centro de Diwaniya, 165 kilómetros al sur de Bagdad, donde fue dispuesto el toque de queda. En tanto, al menos otras 10 personas perdieron la vida y 30 resultaron heridas en un doble atentado perpetrado en Fariha, Karbala, sur de Irak, donde miles de peregrinos chiítas confluyen por el aniversario del nacimiento del duodécimo imán, El Mahdi.

Una bomba, dijeron fuentes de las fuerzas de seguridad, explotó en un mercado de frutas y verduras en Fariha, tres kilómetros al este de Karbala, y el segundo explosivo estalló cuando llegaron al lugar los equipos socorristas. Por otra parte, las fuerzas armadas turcas advirtieron que 25 milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán fueron muertos en ataques lanzados la semana pasada contra las bases de ese grupo en las montañas del norte de Irak. Las mismas fuentes dijeron que la ofensiva fue decidida en respuesta al ataque perpetrado por el PKK contra posiciones del ejército en el Kurdistán turco, donde murieron ocho soldados.

En Karbala se espera este jueves a cerca de un millón de peregrinos, provenientes también de Irán, para celebrar a El Mahdi, el imán que los chiítas sostienen que no está muerto, sino que está escondido y del que esperan su reaparición. Aunque el nivel de violencia en Irak se mantiene inferior al que alcanzó entre 2006 y 2007, con una “casi guerra” interconfesional entre extremistas sunnitas y chiítas, los atentados se producen casi cotidianamente. El 13 de junio pasado, en otra ola de ataques, 75 personas murieron en Bagdad, en episodios que tuvieron como mira también a la rama chiíta.

La tensión se ve agravada por cuestiones políticas, que además de a chiítas y sunnitas involucran a los kurdos, que ponen a riesgo el gobierno de unidad nacional fatigosamente formado tras las elecciones de 2010. De frente a los continuos ataques de partidos rivales, el primer ministro chiíta, Nuri al Maliki, amenazó la semana pasada con recurrir a nuevas elecciones parlamentarias, si bien faltan dos años para la culminación de su mandato.