El Congreso de los Diputados respaldó, gracias a la mayoría absoluta con la que cuenta el derechista Partido Popular (PP) en ese recinto, el mayor ajuste de la historia de la democracia española, en medio del aumento de la protesta social y la presión de los mercados sobre la deuda del país. Las nuevas medidas de ajuste del gobierno de Mariano Rajoy, que concentraron el voto en contra de toda la oposición, implican recortes por 65.000 millones de euros para evitar un quiebre de la banca local y el cese de pagos a los tenedores de deuda, principalmente los bancos franceses y alemanes. Entre las medidas incluidas en el nuevo tijeretazo de Rajoy, el cuarto desde que desembarcó en diciembre en La Moncloa, figura una drástica suba del IVA, la supresión de la paga extra de Navidad a los funcionarios y un recorte al subsidio de desempleo en un país con cinco millones de desocupados, el 24,44 por ciento de la población activa. En completa soledad, el PP votó a favor del plan de ajuste, con representantes de varios partidos de izquierda abandonando la Cámara en el momento de la votación, como gesto de rechazo, y el resto votando en contra, con la única abstención de la conservadora UPN (Unión del Pueblo Navarro). Rajoy eludió la discusión del histórico recorte en el Congreso, hecho que fue duramente criticado por la oposición socialista, debido a la trascendencia de las medidas, que suponen el mayor golpe al Estado de Bienestar. En pleno debate, el riesgo país volvió a dispararse hasta rozar el record de los 589 puntos, después de que el Tesoro público efectuara una subasta en la que colocó prácticamente todo lo previsto (3000 millones de euros) pero tuvo que pagar los intereses más altos en toda la era euro. La rentabilidad del bono español a diez años en el mercado secundario de deuda superó el 7 por ciento (7,005 por ciento), con lo que España se encuentra una vez más en zona crítica de rescate. Después de registrar la semana pasada un pico histórico al llegar a los 580 puntos, la prima de riesgo volvió a repuntar y cerró en 576 puntos, impulsada por el propio gobierno al afirmar que no tenía dinero para pagar los sueldos de los empleados públicos. “Si no sube la recaudación, estamos en riesgo de no pagar esas nóminas (sueldos) de los trabajadores públicos”, dijo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. El funcionario reiteró su advertencia ayer al defender el drástico ajuste: “No hay dinero en las arcas públicas para pagar servicios”, aseguró.

El ministro argumentó que el gobierno de Rajoy está obedeciendo las recomendaciones de Bruselas. “Si queremos ser Europa y construir Europa tenemos que dejar parte de nuestras ideas en la orilla”, sentenció. La presión de los mercados persiste ante las dudas sobre la capacidad de España, en especial sus comunidades autónomas, para cumplir con los objetivos de reducción del déficit. A todo esto la Cámara baja alemana (Bundestag) aprobó ayer el rescate para España, lo que permitirá a Rajoy emplear parte del dinero de la recapitalización bancaria para comprar deuda en el mercado primario. El ajuste del gobierno es la contrapartida a las ayudas de sus socios europeos, que exigen a España rebajar el déficit público del actual 8,9 al 2,8 por ciento en 2014.