Siria vivió ayer otra jornada violenta en Damasco y Alepo, donde se enfrentaron las fuerzas del presidente Bashar al Assad y los rebeldes. En la capital secuestraron a 48 peregrinos iraníes y, según la Comisión General de la Revolución Siria, murieron al menos 94 personas.

Pese a que las Fuerzas Armadas sirias, leales al régimen de Bashar al Assad, anunciaron que tenían a Damasco bajo control, los combates continuaron ayer con ferocidad en barrios céntricos, cerca de la residencia gubernamental. En este contexto, 48 peregrinos iraníes fueron secuestrados ayer en un barrio de Damasco, cuando se dirigían a visitar un santuario considerado sagrado por los chiítas. La cadena televisiva estatal iraní, Press TV, culpó a “terroristas” por el secuestro. Irán es un aliado muy cercano al gobierno sirio, dominado por la confesión alauita, que es una rama del Islam chiíta, mientras que la mayoría de los opositores al gobierno de Damasco profesan la confesión sunnita. Alepo, la segunda mayor ciudad de Siria y capital económica del país, también se convirtió ayer en el escenario de cruentos enfrentamientos y, por primera vez, los grupos rebeldes estuvieron a un paso de tomar el control de la sede de la televisión siria. Se estima que decenas de muertes se produjeron ayer en distintos puntos del país. Según el comunicado de la Comisión, al menos 94 personas, 24 de ellas en la provincia nororiental de Deir al Zur. En los 17 meses de revuelta se registraron, según organizaciones internacionales, más de 17 mil muertes y el éxodo a otros países asciende a más de 267 mil refugiados.