Miércoles, 12 de septiembre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › GUNNAR BECK, EXPERTO EN TEMAS LEGALES EUROPEOS DE SOAS, UNIVERSIDAD DE LONDRES
La Corte Constitucional Alemana debe fallar hoy sobre el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE), un fondo permanente de rescate. Según el experto, la Corte fallará a favor a pesar de que la medida es inconstitucional.
Por Marcelo Justo
Desde Londres
El plan del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, logró lo que parecía imposible: una abrupta caída de las tasas de interés que pagan España e Italia. Pero pasada la euforia inicial empiezan a aparecer los primeros crujidos. ¿Se puede compatibilizar la “estricta condicionalidad” de un rescate financiero y la negativa del gobierno de Mariano Rajoy a tocar las pensiones? Hoy se abre otra amenaza indirecta con el dictamen de la Corte Constitucional Alemana sobre el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE), un fondo permanente de rescate de 700 mil millones de euros que debería entrar en funcionamiento cuando lo aprueben los tres países que no lo han hecho: Alemania, Italia y Estonia. Página/12 dialogó con el alemán Gunnar Beck, experto en temas legales europeos de SOAS, Universidad de Londres.
–¿Cuál cree que será el dictamen de la Corte?
–Fallará a favor, a pesar de que es inconstitucional y viola tanto la ley alemana como la europea. En los dos dictámenes previos que hubo –el de Lisboa y el del primer rescate a Grecia–, la Corte aprobó estas medidas siempre que se respetara en decisiones futuras la autonomía fiscal del Parlamento alemán. Pero la presión política es muy grande y no hay que olvidar que los miembros de la Corte fueron nombrados con el respaldo de distintos partidos políticos. Todos los partidos políticos están a favor de esta medida porque están casados con la idea del euro. El euro es un tótem, igual que la unión europea. La clase política vive bajo la culpa eterna del nazismo. Y el gobierno alemán miente.
–¿En qué sentido ha mentido?
–El gobierno alemán ha dicho que el MEDE estipula un límite a la exposición de Alemania, que no superará los 190 mil millones de euros. Esto no es así. O los políticos no leyeron el tratado o no quieren decir la verdad. Junto al fondo de 700 mil millones, el MEDE puede pedir prestado dinero sea a los mercados de capital o al Banco Central Europeo (BCE). No hay límites para esto. De modo que las obligaciones en que se puede incurrir no tienen un techo. Si dos países de la Eurozona, por ejemplo, se vuelven insolventes o se retiran de la Eurozona, la exposición de Alemania crecerá a entre 400 y 500 mil millones de euros. El presupuesto federal alemán es de unos 350 mil millones de euros. Nuestra deuda superaría rápidamente el 110 por ciento del PIB.
–Pero es un momento histórico extraordinario en el que la misma supervivencia del euro está en juego. ¿No se necesitan medidas excepcionales?
–Es lo que dicen los que están a favor de esta medida. El problema es que no se puede ignorar la ley. En el caso de un individuo que cometió un delito, se hablaría a lo máximo de factores mitigantes, pero se lo condenaría igual. Si la Unión Europea se hubiera regido por las leyes que ella misma aprobó, no estaríamos en esta situación. Estoy de acuerdo con que las condiciones del Pacto de Estabilidad y Crecimiento del Tratado de Maastricht eran muy restrictivas, pero una vez que se firmó se deberían haber respetado porque si no se pierde credibilidad para siempre.
–¿Qué impacto va a tener una aprobación del MEDE en el plan diseñado por el presidente del BCE, Mario Draghi?
–Le cae como anillo al dedo. Draghi ya ha dicho que si el MEDE adquiere bonos soberanos lo verá como la luz verde para dejar de lado el artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que prohíbe la impresión de dinero para financiar gobiernos y autoridades locales. El gobierno alemán se opone a la mutualización de la deuda nacional, pero el MEDE es precisamente eso, la mutualización de la deuda nacional sin techo alguno. Y el problema es que va a llegar el momento en que los países del norte europeo no van a poder financiar más esta adquisición de bonos. Mi cálculo es que en un año, Alemania empezará a tener problemas fiscales. Su propia credibilidad estará en juego porque Alemania no es Estados Unidos, no tiene esa potencia de locomotora para traccionar al resto. No olvidemos que hace ocho años todos pensaban que Alemania era el enfermo de Europa. Por el momento, Alemania está posponiendo el momento en que deberá reconocer que los rescates no sirvieron y que ese dinero invertido se ha perdido.
–Si ésta es la situación, ¿no sería mejor sincerar todo ahora y realizar una reestructuración de la deuda?
–De acuerdo. Esto implicaría que los bancos y acreedores deberán asumir parte de las pérdidas y que no se podrá disimular más la realidad de la situación. Esto mejorará la situación a nivel de la deuda, pero no resolverá los problemas de competitividad que hay en los países del sur europeo. Yo creo que es inevitable que algunos países, como Grecia, salgan del euro y otros, como podría ser el caso de España, lo hagan de manera temporaria hasta resolver sus problemas de competitividad. En este sentido, creo que el euro puede sobrevivir como una moneda débil o como una moneda a nivel mundial. En este último caso, se necesitará la salida de algunos miembros.
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