Miércoles, 12 de septiembre de 2012 | Hoy
EL PAíS › EL 11-S AúN DIVIDE A LOS CHILENOS
Por Christian Palma
Desde Santiago
La conmemoración del 11 de septiembre, a 39 años de que el dictador Augusto Pinochet encabezara un golpe de Estado que terminó con el presidente Salvador Allende muerto al interior del bombardeado palacio de La Moneda, comenzó con un hecho bochornoso protagonizado por dos diputados de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Ignacio Urrutia e Iván Moreira, quienes en el marco de un minuto de silencio realizado en el Congreso para recordar a Allende y a los fallecidos en manos de los militares, se manifestaron en contra del simbólico homenaje.
Moreira, uno de los parlamentarios de derecha que aún defiende el legado de Pinochet, gritó que también debían incluirse a los funcionarios de las Fuerzas Armadas que cayeron durante ese período. Urrutia fue más allá y vociferó a todo pulmón: “Ese cobarde que se suicidó no merece una ceremonia de este tipo”. René Manuel García, del también derechista partido Renovación Nacional, agregó que “es inaceptable, tengo amigos que me mataron estos condenados”.
Como era de esperar, los dichos de los adherentes a Pinochet incendiaron las redes sociales, donde fueron fustigados por ensuciar un día que para miles de chilenos sigue siendo de duelo y recogimiento, dado el alto número de víctimas y detenidos desaparecidos que dejó la dictadura chilena (1973-1990). A esa hora, y en pleno centro de Santiago, dirigentes de las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos, de partidos políticos y movimientos y amigos del “chicho” sociales llegaron al monumento erigido en honor al presidente Allende en plena plaza de la Constitución, frente a La Moneda. Lienzos y ofrendas florales colorearon la estatua junto a los discursos de los líderes comunistas y socialistas, entre otros. Los gritos de “compañero Salvador Allende, presente” retumbaron otra vez en las inmediaciones del palacio de gobierno chileno.
“Mi abuelo fue un hombre coherente con sus ideales, luchó siempre por una sociedad más justa y creo que ese legado está más vigente que nunca”, dijo Maya Fernández Allende, nieta del presidente. “Hoy en día son los movimientos sociales, los estudiantes, que han recogido la bandera de lucha para terminar con la desigualdad en nuestro país”, agregó la también candidata a ocupar la alcaldía del municipio de Ñuñoa en las elecciones del 28 de octubre.
Tras ello, las organizaciones de defensa de los derechos humanos y familiares de detenidos desaparecidos marcharon hacia el Cementerio General, para participar de la conmemoración que todos los años se realiza en el Memorial construido en ese lugar.
En paralelo, unas 20 personas de la Agrupación de Sobrevivientes del Dispositivo de Seguridad del Presidente Salvador Allende (ex GAP) visitaron La Moneda. Con sus credenciales con la cara de Allende a la vista y sin la compañía de ninguna autoridad de gobierno, llegaron hasta el Salón Blanco, donde está la réplica del despacho donde murió el ex mandatario socialista. La presidenta de la entidad, Berta Chandía, recordó aquel 11 de septiembre como “el día que nos quitó la alegría”. “Yo creo que ni su propia sangre dimensiona lo que nosotros dimensionamos, vivimos y conocimos con él”, dijo.
El homenaje coincidió con dos cosas que marcaron la jornada en Chile. La muerte natural de dos connotados periodistas nacionales, lo que en parte aplacó los ánimos, y la entrega del fallo de la Corte Suprema, que determinó que el ex presidente se suicidó la mañana del 11 de septiembre de 1973. Así lo determinó la Corte de Apelaciones de Santiago –de forma unánime–, lo que significa el cierre de la investigación por la muerte de Allende. Esto confirma la decisión del ministro Mario Carroza, que en diciembre pasado ya había determinado esa tesis luego de que se exhumara el cuerpo del ex mandatario.
“La familia se siente contenta de que el Poder Judicial haya podido reafirmar lo que de alguna forma sabíamos, pero esta vez científicamente”, declaró la senadora Isabel Allende junto al monumento de su padre.
A su vez, el presidente del Senado, el socialista Camilo Escalona, instó a los chilenos a la reflexión: “Esta semana debiese ser vivida por chilenos y chilenas como una semana del ‘nunca más’... Después que se desplomó la democracia, se inició una etapa de las más duras y violentas violaciones a los derechos en nuestra historia. Las secuelas y consecuencias de ello perduran hasta hoy...las generaciones actuales debiesen reafirmar como un compromiso inalterable que por encima de cualquier circunstancia, está la persona humana”, sostuvo. Agregó que “nunca más podemos llevar la polarización política al extremo y que ello signifique el derrumbe de la democracia”.
El gobierno, el primero de derecha en cincuenta años en Chile elegido en las urnas, no ha celebrado actos conmemorativos, al contrario de lo que hacían los gobiernos de la Concertación. La administración de Sebastián Piñera ha tenido serios inconvenientes políticos que se han traducido en numerosas marchas de rechazo, en especial por el sistema educacional, y que si bien ha evidenciado algunas muestras de apoyo, sigue rondando apenas el 30 por ciento de apoyo en las encuestas.
En ese clima, las protestas no podían estar ajenas en un día que partió a Chile en dos. Grupos de encapuchados (con la cara cubierta) levantaron barricadas e intentaron atacar una comisaría de Carabineros en la periférica comuna de San Bernardo. En la acomodada comuna de Providencia, alumnos del liceo público Lastarria cortaron la avenida 11 de septiembre encendiendo neumáticos en medio de la calle. Luego, carabineros desalojaría ese colegio junto a otros más que se mantenían en toma.
Anoche se celebraron “velatones” (encendido de velas) en diversos puntos emblemáticos donde hubo torturas y muertes, como el Estadio Nacional (ayer la selección de fútbol cambió de escenario), Londres 38 o Villa Grimaldi, ambos centros clandestinos de la dictadura.
En tanto, el ministro del Interior y vicepresidente de la República, Rodrigo Hinzpeter, llamó a los ciudadanos a recordar la fecha con “tranquilidad, paz y respeto”. Tranquilidad que en las poblaciones emblemáticas como Villa Francia o La Pincoya no existió. Numerosas fogatas, barricadas y enfrentamientos con carabineros cerraron una jornada que en Chile está lejos de ser olvidada.
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