EL MUNDO › CONTRAPUNTO POR LA INDEPENDENCIA

Pelea en catalán

El presidente de Cataluña, Artur Mas, dijo ayer que el gobierno central español no podrá impedir el referendo sobre la independencia de la región. La consulta, según Mas, debe celebrarse con o sin la autorización del Estado español.

En medio de una creciente puja con el gobierno del presidente español, Mariano Rajoy, por su proyecto de secesión catalana, Mas habló en Barcelona. “No se podrá impedir, si Cataluña quiere ir por aquí, que el pueblo catalán pueda pronunciarse sobre su futuro”, sostuvo. Esto sucedió después de la jornada del jueves, cuando el Parlamento catalán aprobó su propuesta de celebrar una consulta sobre la soberanía de Cataluña “preferentemente” en la próxima legislatura, que arrancará tras las elecciones regionales que Mas ha anticipado en dos años al próximo 25 de noviembre. También el jueves, la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, advirtió a Mas que el Ejecutivo de Rajoy utilizará todos los instrumentos que tiene a su alcance para impedir una consulta que no está recogida en la Constitución. “No sólo hay instrumentos jurídicos e institucionales suficientes para impedir el referéndum independentista, además hay un gobierno dispuesto a usarlos”, dijo.

Para Mas, las palabras de Sáenz de Santamaría suponen una amenaza. “Sólo les pido que escuchen lo que diga el pueblo de Cataluña, primero en las elecciones del 25 de noviembre”, aseguró. Mas se ha puesto al frente del clamor secesionista en Cataluña, pese a que su partido, la nacionalista Convergencia i Unió (CiU), nunca hasta ahora había tenido la independencia en su programa electoral. “Si el pueblo catalán se pronuncia democrática, pacífica y cívicamente, lo primero que hay que hacer es escuchar atenta y educadamente, no amenazar”, agregó. Además, justificó su decisión en la multitudinaria manifestación separatista del 11 de septiembre en Barcelona, y en el posterior rechazo de Rajoy a su proyecto de un pacto fiscal similar a la soberanía presupuestaria del País Vasco.

Ante el desafío independentista de Mas, el grupo Planeta, dueño de la editorial del mismo nombre y de medios de comunicación, advirtió ayer de que en caso de secesión, abandonaría su sede en Barcelona para llevársela a otra ciudad de España. “No hay ningún negocio editorial que tenga su sede en un país extranjero que hable otro idioma. Es absurdo. La sede se tendría que ir a Zaragoza, Madrid o Cuenca”, dijo el presidente de Planeta, José Manuel Lara. Según contó, esa misma idea ya se la comunicó a Mas. La disputa por el independentismo catalán también llegó al Parlamento Europeo, donde eurodiputados catalanes reclamaron ayer desautorizar las declaraciones de un eurolegislador del Partido Popular (PP), Aleix Vidal-Quadras, que reclamó la intervención del gobierno central para intervenir la comunidad autónoma.

Cataluña, la región española más rica, pero también la más endeudada es conocida desde hace décadas por sus reivindicaciones de autogobierno, pero el independentismo se vio impulsado drásticamente a raíz de la grave crisis económica de España. En medio de los duros recortes aplicados tanto por el gobierno de Mas como por el de Rajoy, se fue extendiendo la idea de que a los catalanes les iría mejor económicamente si no formaran parte de España.

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