El gobierno español estimó ayer que la ayuda pública que necesitará su banca para sanearse será cercana a los 40 mil millones de euros. El cálculo por el que se congratuló Bruselas podría abrir la vía a un rescate global del país.

La auditoría, supervisada por Oliver Wyman, de la consultora que contrató el gobierno del presidente español Mariano Rajoy para conocer el estado real de las entidades, señaló que los bancos necesitan 59.300 millones de euros –una cifra que desciende a 53.700 millones si se tiene en cuenta el proceso de fusiones en curso y algunos efectos fiscales– para recapitalizarse. Pero el préstamo que España pedirá a la Eurozona podría ser significativamente inferior a las necesidades señaladas, ya que una parte del capital podría llegar por otros medios, como la venta de activos de los bancos, aseguraron en el Ministerio de Economía y el Banco de España.

“Estaríamos hablando de una cifra en torno de los 40 mil”, afirmó el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, en rueda de prensa. La cifra es significativamente menor a los 100 mil millones de euros que ofrecieron sus socios europeos. Según la auditoría, de los 14 bancos estudiados –el 90 por ciento del sector– el que necesita más capital es Bankia, que ya fue intervenido por el Estado y que ahora precisa 24.743 millones de euros. Los otros tres bancos más necesitados de capital son las otras entidades intervenidas por el Estado: el Catalunya Caixa necesita 10.825 millones de euros, el NovacaixaGalicia requiere 7176 millones de euros y el Banco de Valencia precisa 3462 millones de euros. Siete de las 14 entidades, entre ellas Santander, BBVA y Caixabank, no necesitarán capital adicional. A partir de ahora, las entidades tendrán que presentar sus planes de recapitalización al gobierno español y a la Unión Europea (UE). Las que necesiten apoyo público para sus planes de reestructuración deberán recibir el visto bueno de la Comisión Europea. A partir de ahí, tendrán que transmitir sus activos inmobiliarios promotores, los llamados activos problemáticos, a la sociedad de gestión de los mismos que se creará como una especie de banco malo. Una vez aprobados los planes llegará el dinero europeo para culminar el proceso de recapitalización. “Al final del proceso tendremos un sistema financiero sólido que no suscite dudas”, dijo Jiménez Latorre.

El anuncio fue bien recibido por Bruselas. El jefe de los ministros de Finanzas de la Eurozona, Jean-Claude Juncker, se declaró “muy satisfecho” por la cifra anunciada, mientras que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) los calificaba como un paso importante para el sector. Por su parte, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, también celebró este resultado. “Va a contribuir a construir un sistema bancario más sólido, lo que llevará a reactivar el flujo de crédito e impulsar el crecimiento y el empleo”, agregó.

Sin embargo, no es seguro que tranquilice tanto a los mercados. “La cifra anunciada es ligeramente inferior a la que esperaban los mercados, aunque no es una verdadera sorpresa”, comentó Craig Erlam, analista de la firma Alpari. En su opinión, la próxima etapa es el rescate del país que, según su perspectiva, parece inevitable. Como él, muchos analistas consideran inminente la petición de ayuda del país, cuarta economía de la Eurozona.

El presidente del gobierno español ya cerró un capítulo importante de cara a esa posible solicitud al anunciar sus austeros presupuestos y el plan de 43 reformas negociado con Bruselas, haciendo pensar que quiere cumplir antes de hora las condiciones que podrían ser exigidas a cambio de la ayuda. “Sospechamos que Rajoy espera que estas nuevas medidas sean suficientes para evitar que se le impongan condiciones aún más duras cuando España pida el rescate”, consideró la firma de analistas Moneycorp. En tanto, los mercados, impacientes, hacen subir la presión. El interés del bono español a 10 años, que este verano se relajó tras el anuncio de medidas de apoyo por parte del Banco Central Europeo (BCE), seguía ayer cerca del 6 por ciento, nivel considerado insoportable a largo plazo, y la Bolsa de Madrid perdió 1,71 por ciento al cierre. Para activar la acción del BCE, España debe pedir primero ayuda a los fondos europeos y, aunque Rajoy parece ahora aceptar esta posibilidad, aún no presentó su petición oficial. Sobre el gobierno español pesa otra amenaza: Moody’s podría ser la primera agencia de calificación que coloque al país en categoría especulativa. Pese a todo, el rescate financiero del país no está “ni más cerca ni más lejos”, aseguró recientemente el ministro de Economía español, Luis de Guindos.

Con estos resultados culminó una de las más agitadas semanas en el país ibérico en los últimos tiempos. La misma contó con la decisión del presidente regional de Cataluña, Artur Mas, de abrir la vía para la independencia y con protestas en Madrid por la crisis económica.