Sábado, 8 de diciembre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › SEñAL DEL PRESIDENTE DE EGIPTO PARA NEGOCIAR, PERO SIN CEDER SUPERPODERES
Por tercer día consecutivo, varias marchas de miles de opositores confluyeron ayer frente al Palacio Presidencial desde diferentes partes de El Cairo. Muchos expresaban su enojo por el discurso del jueves del presidente Mursi.
El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, está dispuesto a aceptar, con condiciones, un aplazamiento del referéndum sobre la Constitución, previsto para el 15 de diciembre. En tanto, la oposición manifestó ayer su rechazo al diálogo con marchas por El Cairo.
El vicepresidente egipcio, Mahmud Meki, afirmó ayer que el presidente está dispuesto a aceptar el retraso del referéndum con la condición de que se blinde este aplazamiento de posibles recursos ante la Justicia. En declaraciones a las ediciones digitales de los diarios Al Ahram y Al Masry al Youm, Meki señaló que, según la ley, Mursi está obligado a convocar una consulta en quince días. “Las fuerzas que desean un retraso deben presentar garantías de que no recurrirán a la Justicia después de que el presidente lo decida (el aplazamiento) y de que no lo acusarán de infringir la declaración constitucional”, expresó Meki. Durante la tarde, la Comisión Electoral decidió postergar para el miércoles el inicio de la votación de los egipcios expatriados. En cuanto al diálogo nacional convocado para hoy por Mursi, con el objetivo de buscar una salida a la crisis, Meki subrayó que la invitación está dirigida a todas la facciones y fuerzas opositoras. “Se analizarán todos los asuntos para llegar a un entendimiento, pero hay líneas rojas en el diálogo, ya que no se puede derrocar la legitimidad ni exigir que el presidente se vaya”, advirtió. “Es rechazable que la oposición política exija la caída del régimen, ya que esta petición supone una violación de la voluntad popular que eligió al presidente de la república”, añadió.
Por tercer día consecutivo, varias marchas de miles de opositores confluyeron ayer frente al Palacio Presidencial desde diferentes partes de El Cairo. Muchos expresaban su enojo por el discurso del jueves de Mursi, en el que acusó a “matones contratados” de atacar a manifestantes y haber desatado los enfrentamientos del miércoles, que dejaron al menos siete muertos y cerca de 700 heridos. Los militares y policías que integraban el dispositivo de seguridad no intervinieron para frenar la marcha, según informó el diario estatal Al Ahram. Los propios miembros de la Guardia Republicana retiraron el alambre de púas después de que los manifestantes cortaron las alambradas, lo que permitió el paso a las decenas de miles de personas que rodeaban el Palacio. Los opositores besaron a los policías al pasar junto a ellos entre cánticos de “¡En paz, En paz!”, en referencia a la forma no violenta de la protesta.
El Frente de Salvación Nacional, que agrupa a los principales partidos y movimientos opositores, deploró el discurso de Mursi y lo acusó de una “sorprendente negación” de la realidad de que la violencia del miércoles fue producto de una “clara y flagrante instigación” de líderes de la Hermandad Musulmana. En un comunicado emitido ayer, el Frente repitió su negativa a dialogar con Mursi y reiteró que primero debe cumplir sus exigencias. El coordinador del Frente, Mohamed Al Baradei, acusó a Mursi de “haber cerrado la puerta” y advirtió que un diálogo con el mandatario “no es posible porque no está dispuesto a llegar a un compromiso”. El Movimiento Juvenil 6 de Abril, que inició la revolución contra el ex presidente egipcio Hosni Mubarak, llamó a sus seguidores a congregarse en la capitalina plaza Tahrir, en mezquitas de El Cairo y de la vecina ciudad de Giza para marchar al Palacio Presidencial bajo el lema de “Tarjeta roja” para Mursi. También hubo ayer marchas a favor y en contra de Mursi en varias ciudades del interior, como la norteña Alejandría, en la sureña Luxor. Ambos bandos se arrojaron piedras frente a una sede de la Hermandad en la ciudad de Kom Hamada, en el delta del Nilo. En la ciudad industrial de Mahallah, opositores cortaron vías de tren y anunciaron más medidas mientras Mursi no revoque sus poderes y dé marcha atrás con el referéndum constitucional.
Por su parte, las fuerzas islamistas congregaron a sus seguidores en la celebración del funeral de dos de los fallecidos en los enfrentamientos del miércoles. “Marchamos por esta senda sacrificándonos por la nación y nuestros mártires. Seguiremos adelante incluso si todos nos convertimos en mártires. Vengaremos a nuestros muertos o moriremos como ellos”, dijo a la gente un dirigente de la Hermandad, Mohammed Al Beltagi. Asimismo, miles de islamistas se manifestaron ayer en apoyo al presidente egipcio, Mohamed Mursi, en un barrio del noreste de El Cairo, no muy lejos del Palacio Presidencial. Los partidarios de Mursi se reunieron frente a la mezquita de Rabaa al Adauiya, situada en el acomodado barrio de Madinat Nasr, donde corearon consignas de respaldo al decreto del presidente del pasado día 22 por el que blindó todos sus poderes ante la Justicia.
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